Perros y gatos tienen ya el plácet para usar el transporte público. ¿Y por qué no los cerdos? ¡Ah perdón!, que ya viajan. Y yo que creía que bastantes animales iban ya y resulta que no eran de compañía. Se prohíbe viajar a los exóticos y a las razas peligrosas. Mentira, porque van a montones. Tanto guarro suelto y ahora, además, mascotas. Encima de ir oliendo a sudor revenido, te puede tocar al lado a un fox terrier babeándote la pierna. Tampoco arriendo la ganancia al animal. A un perro, el metro le debe parecer un basurero, con todo ese arsenal de aromas inclasificables.
Para cumplir con la puñetera obligación de ser siempre políticamente correcto y para que no nos denuncie ninguna protectora, le metemos al can un creditrans en la boca y ¡hala!, a pasar por la canceladora. Incorporar un zoo es lo que el Gobierno López debe llamar un transporte integrado. Metro Bilbao permitirá pasar sólo a animales domésticos cuyo peso sea inferior a 8 kilogramos. ¿Cómo? ¿Instalarán básculas en los andenes? Pues yo tengo los días contados. Y en ningún caso podrán ocupar un asiento. Sólo faltaba. El chihuahua viajando sentado y tú, de pie mirándole la jeta mientras gruñe sobre la tapicería. Se aconseja que viajen a partir de las diez de la mañana. Al parecer, también les van a fijar una hora a la que deben hacer sus deposiciones. Los mocordos y las meadas sólo en horas valle, por favor. Señor Arriola, ¿y si aceptamos pulpo como animal de compañía?