Sin referéndum, ni nada. Así, a pelo. La metáfora se ha convertido en literal. Y el exvicepresidente Pablo Iglesias se ha cortado la coleta y se le ha puesto una pinta de borjamari que pa’qué. El look del exlíder de Podemos ha sido objeto de críticas durante años, incluso la militancia discutió la conveniencia de que se cortase la melena, inmediatamente después de las elecciones europeas de 2014 y antes de concurrir a las generales de 2015, pero Iglesias prefirió mantener su emblemática imagen. Eso sí, para ir de eurodiputado se quitó el pearcing de la oreja.
Y ahora, que ya no tiene que engatusar a ningún okupa ni tiene necesidad de hacerse el progre, se ha trasquilado. Ya no es ni ‘El Coletas’ ni ‘El Moñas’. Quizá es que estaba hasta el moño de sí mismo, como ha tuiteado Cayetana Álvarez de Toledo.
Operación marketing en marcha. Ha llegado la hora de reconocer que es un burgués de los de toda la vida. Casta de tomo y lomo. Nos ha j… mayo con las flores, para entrar en el consejo de Telefónica, Gas Natural o Fenosa hay que hacer concesiones. Ahora es cuando tiene pinta de ‘marqués de Galapagar’ y persona de bien y orden. ¡Arrepentidos los quiere el señor! ¿O sea que la coleta era un mensaje, el moño otro, y el pelo corto un tercero? ¿Qué hará cuando vuelva a la política? ¿Se pondrá un aro en la nariz? Decepcionante que no haya sometido a consulta de las bases una decisión tan trascendente.