Superhincha… pero menos

El universo rojiblanco brilla tanto que debe verse desde la Estación Espacial Internacional. A 365 kilómetros de la Tierra, la constelación de banderolas, estandartes, escaparates en rojo y blanco forma una conjunción astral que invitaba a soñar con el triunfo. Hace tres años, al calor de otra final pasó algo parecido. Solo hubo un pero y no me refiero, obviamente, a la derrota. Fue que la bandera de mi vecina estuvo colgada en el balcón más de año y medio. El viento la azotaba, el sol quemaba los colores y al final terminó ajada, hecha jirones y destrozada. A mí se me caía el alma porque no solo afeaba la fachada sino porque entonces era una cruel metáfora de lo que sucedía a un Athletic venido a menos.

Afortunadamente un día, una ciclogénesis explosiva que pasó distraida, tuvo la deferencia de transportarla a mejor vida. Eso sí respetó la cinta americana que la semana pasada volvió a reutilizarse. Mi vecina no era la única superhincha… pero menos. Desde el coche, por la A-8, también veía algún otro hincha de pacotilla que dejaba que su bandera roída y pocha, se pudriese y muriese de inanición en la ventana. Alegoría del tipo abandonado al que todo le recuerda a su amada (Copa) que se ha ido con otro. Me encanta esa forma apasionada, exagerada, a ratos absurda en que se quiere al Athletic, pero, por favor, acuérdense de retirar sus adornos algún día de estos ¿vale? La tela tiene una vejez muy mala.

Maroto Marimotots

Maroto busca el voto y promete bajar los impuestos a todos los gasteiztarras. Después de protagonizar un mandato bronco, incendiar al personal con la RGI y el racismo, y fracturar la ciudad, el candidato a repetir a la alcaldía se corona cada día con una burrada mayor que la del día anterior. Sí, hablamos de esa persona que anunció que complementaría con 50 euros mensuales las pensiones más bajas para que no hubiera mayores que no pudieran encender la calefacción. No aclaró, sin embargo, si iba a pedir a los jubilados que lleven empadronados mogollón de años como exige a los inmigrantes. Maroto ha echado muchas pestes contra los pobres pero menos contra los grandes defraudadores de corbata. Esos que acumulan 20.000 millones de euros en Suiza. Patriotas de golpe en el pecho y misa diaria, lo que se da en llamar gente de orden, que no necesitará nunca rentas mínimas porque ya se insertan y se procuran bien las alubias.

El alcalde también acaba de lanzar la pulsera «Vitoria me gusta»… él es mucho de pulsera. Aunque en honor a la verdad habría que decir que los populares son más de llevar esposas en las muñecas. Como esos esPPañoles de bien con pulserita rojigualda y la pasta en Suiza que pronto podrán acudir a Salburua al nuevo pub de ocio sexual temático. Un local nacido para triunfar porque además del pintxito te dan el pote. Con razón Vitoria es Green Capital.

Esperanza; franca no, franquísima

Esperancista declarada, nada de Cifuentista, yo de mayor (de más mayor quiero decir) me pido ser Esperanza Aguirre. Una política que sobrevive a un accidente de helicóptero, a una masacre terrorista en Bombay, se da a la fuga en un carril bus tras derribar la moto de un policía, se sobrepone a un cáncer de mama, al odio eterno que le profesa Rajoy y tres cuartas partes del PP, y empieza la campaña electoral arrasando.

Ella sería la única que aquí se atrevería a levantar la voz para preguntar a los cuatro vientos por qué los gasteiztarras tienen una estación de autobuses digna de faraones patateros mientras que los bilbainos tienen el equivalente al poblado chabolista de la Cañada Real. Por qué en Termibus hay que pelarse de frío en una marquesina un poco grande, y en Vitoria pueden acceder a la estación a través de una plaza más amplia que la de la Virgen Blanca. Con fama de ser franca, más bien franquísima, la lideresa diría alto y claro ¿y para qué quieren una terminal de buses?, ¿no van todos en bici?

Inversiones megalómanas aparte, que hemos pagado a escote, solo ella entendería por qué se inaugura a las puertas de unas elecciones cuando todos hemos visto que desde setiembre estaba finiquitada. Viva Espe. Que seguro que sale alcaldesa y si no, compra los votos en cualquier mercadillo. No está mal, para alguien que dejó la primera línea de la política.

‘Homosapiens’ y patadas

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Un menda de camisa blanca, pantalón beis de pinzas, ropita de marca y estilo Carromero ha sido noticia esta semana por dar una patada a una chica y hacerle un placaje de espaldas, derribarla y tirarla al suelo. Una agresión injustificada, caprichosa, premeditada y exhibida, cómo no, en internet. En el caso de los que lanzaron una tarta al rostro de Barcina, la condena fue de dos años de cárcel…

Sin embargo, ante una agresión gratuita de este tipo, el señorito de Talavera con perfil de cachorro genovés declara y se va a la calle. Y eso que hablamos de un delincuente que actúa por diversión, haciendo daño a los demás, un cobarde que se atreve solo si pilla a gente desprevenida y de noche, y un borracho que encima va provocando las risas de personas tan desequilibradas como él mismo. Le acusan de una falta y de vejaciones pero el agresor necesita un escarmiento muy serio y sus panegiristas y defensores, unos añitos de reeducación. Hay que ser cenutrio para hacer eso, grabarlo mirando a la cámara, y para rematar la deficiencia intelectual del sujeto, copiar esa moda de hacer el memo más absoluto para que otro memo lo grabe y lo cuelgue en Youtube.

Escalofriante. Igualito que la multa de 50 euros que le ha caído a un club de fútbol regional donde se llamó guarra y zorra a una árbitro auxiliar.  Siglo XXI, año 2015, y aún quedan un montón de homosapiens por bajar del árbol.

Quien no trinca, vuela

¿Meterían ustedes la mano en la caja si se les permitiera el acceso a alguna? ¿Se lo llevarían calentito si pensasen que todo queda en casa? No contesten todavía. Si a Kutxabank, otrora ejemplo de rectitud y buen hacer, le salen conejos de la chistera, y no precisamente blancos e inmaculados… Si la lista Falciani crece y crece hasta padecer obesidad mórbida… Si el número tres de Podemos entra en la arena política presumiento de superhonrado y se descubre que es un tramposo… Si Esperanza Aguirre no pone la mano en el fuego ni por su presidente… ¿Qué queda?

Parece que aquí quien no trinca, vuela, y que la codicia no entiende de ideologías. Todos los casos tienen un denominador común y es que enseguida se produce una cascada de reacciones del partido o entidad que corresponda para defender a los suyos, diciendo que se trata de una conspiración judeomasónica. Corporativismo en vena porque todos creen que sus pedos huelen a rosas. Lo peor de todo este cristo que han montado es que flota en el aire la idea de que todos lo haríamos, que todos sucumbiríamos a la corrupción más barriobajera. Yo, desde luego, no voy de digna. De pequeña sisé cien pesetas, he escaqueado un boli alguna vez, cuando la dependienta se olvida, no le recuerdo que me cobre la bolsa de la compra, y pagué al que me puso las puertas de riguroso negro. Ahora les toca a ustedes ¿quién empieza?