Ganarás el pan con el sudor del de enfrente

España va bien… para los de siempre. El número de los que están podridos de dinero —¿o habría que decir de los que ganan el pan con el sudor del de enfrente?— crece en la piel de toro un 24% y supera ya las 460.000 personas. Los ladrones de guante blanco se multiplican. Que se lo pregunten a los usuarios de las tarjetas black de Bankia que gastaron 15 millones de euros como si fueran papel higiénico. En la España del saqueo hay licencia para robar. Dicen que los primeros cuatreros están al caer. No se lo crean.

Ahora barajan expulsar a Rodrigo Rato del PP. Nos da exactamente igual lo que hagan con el carné pepero de Rato. Lo que queremos es que le den el carné del economato de la cárcel de Soto del Real. Le va a dar urticaria solo de pensarlo. La misma que le ha entrado a Javier de Andrés, diputado foral de Araba, imaginando que la prostitución y el narcotráfico se lleguen a contemplar en las nuevas estadísticas de medición del PIB. Porque desde que dicen que hay que computar putas y farlopa, los alaveses están muy preocupados porque parece que les alegran las cuentas. A los del PP les falta poner la economía sumergida, el blanqueo de capitales y la evasión fiscal para ser la locomotora lupanar de Europa. Pero tranquilos que cuando se incluya en el PIB lo defraudado por los políticos corruptos, el país se termina de levantar de un plumazo.

 

El hospital de la señorita Pepis / Mato

Si se fijan un poco el virus de ébola se parece a un hilillo de plastilina. De verdad es así, pero no quiero hilar tan fino. ¿Cuánta ineptititud debe acumular una ministra para que dimita? Ya sabemos que dimitir no es un verbo compatible con trincar y mangonear. De la frivolidad, la desmemoria y la desvergüenza de la señora Mato teníamos noticia, de que era palmera y pelota también, ahora comprobamos que es un peligro para la salud pública y quiere matarnos de incógnito.

¿Debe dimitir por ineptitud flagrante? ¡Por Dios, eso es antiespañol y antipatriótico! Lo español es mirar para otro lado. Mucho avión medicalizado, instalaciones de baja presión, trajes de protección y mucho botiquín de la señorita Pepis…, pero cuando una auxiliar que ha estado en contacto directo con un paciente de ébola presenta fiebre y astenia la dejan irse de vacaciones y no la evalúan en condiciones hasta pasados seis días. Una persona que no sabe distinguir un Jaguar de un Panda, que no sabe quién le paga los viajes a Disney y que se pregunta si el «e-bola» ese no es una bola digital, ¿cómo va a saber algo de la epidemia? Que le den un curso acelerado de Defensa Bacteriológica y que vaya a cuidar a los infectados. Y si no es suficiente, métase el virus en el Consejo de Ministros para que lo conozcan más de cerca. En el PP son africanos, pero disimulan.

 

¿Y ésto quién lo paga?

Cecilio

Después de doce días herido en una sima peruana, equipos de rescate han sacado al espeleólogo Cecilio López-Tercero de la cueva Intimachay, donde quedó atrapado el pasado 18 de septiembre en una zona selvática al norte de Perú. Yo andaba por allí esos días y los periódicos daban páginas y páginas de la movilización con cientos de personas al rescate. Aquí la ayuda no ha trascendido y el debate ha sido, lógicamente, la factura. Se ha centrado en que el gobierno se deja una pasta en repatriar ancianos sacerdotes con ébola en aviones medicalizados y no mueve ni un hilo para casos donde 60 voluntarios han tenido que hacer colecta para ayudar y poder viajar en clase turista. La clásica demagogia de barra de bar.

Obviamente no es lo mismo repatriar a un sacerdote que contrae una enfermedad que costear los gastos para rescatar a una persona que estaba realizando conscientemente una actividad de muy alto riesgo. Aunque no me negarán que ejercer de médico en el Tercer Mundo, bajo una epidemia para la que no existe vacuna, y con unas instalaciones paupérrimas, algo de riesgo sí que tiene. Por un lado reivindicamos hacer lo que nos apetezca, bajo nuestra responsabilidad. Pero en cuanto algo se tuerce un poco, que alguien me ayude, cueste lo que cueste. Hay dos formas de concebir una sociedad, una basada en la cooperación y la empatía y otra esa de «solidaridad sí pero no con mi dinero». Ustedes eligen.

 

Hasta los megapíxeles… de los selfies

selfie toro

¿A qué este verano se ha marcado usted algún selfie? Toda la vida pensando que aquello era un autorretrato de mal fotomatón y resulta que era un selfie. Hacerse una autofoto tiene tantos años como las pinturas rupestres pero en la cultura hipervisual, esta modalidad hace furor. Nos gusta imitar a las celebrities con un solo click del móvil, nos parece que eso democratiza el retrato.

Todos nos hemos vuelto autorretratistas de la noche a la mañana haciendo una gran oda al narcisismo en las redes sociales. Pero el selfie tiene dos componentes que lo vuelven dinamita: la obsesión con la tecnología y la obsesión con nosotros mismos. Había un tal Danny Bowman que dedicaba diez horas al día a hacerse fotografías a sí mismo en busca de popularidad y aceptación en Facebook. Este joven británico de 19 años podía llegar a sacarse diez fotos antes de ducharse, otras diez después y diez más tras arreglarse. Lo de los selfies se nos está yendo de las manos. Hubo un tontolmóvil que se hizo uno con un toro en Sanfermines. Otro tío se cayó este verano por un acantilado por intentar el más difícil todavía.

Vanidad, exhibicionismo… el reino virtual del yo. Detrás de todo onanista del móvil solo hay inseguridad, la necesidad de buscar un minuto de gloria y querer que nos bailen el agua con un megusta en Facebook, un favorito de Twitter o siendo la hostia en Instagram. No sé ustedes, pero ya estoy hasta los megapíxeles.

 

Niñas en territorio comanche

La llaman oficialmente «operación Candy», pero en la calle se le conoce como operación HP. Todo empezó en abril cuando una niña de nueve años fue raptada en un parque de Ciudad Lineal, en Madrid. La pequeña apareció a las pocas horas con síntomas de haber sido drogada y quién sabe qué mas. A partir de ahí, secuestros en serie de chiquillas de todas las razas y edades, y teorías conspiranoides. Porque a los psicópatas, aunque sean de medio pelo, siempre les salen imitadores. Es el efecto contagio.

Cinco meses de pesquisas y nada… La caza de las bestias no es tarea para Agatha Christie. Los criminales salidos de episodios de Mentes Criminales no tienen buen seguimiento. El comienzo de curso tampoco ayuda con miles de niñas en territorio comanche. La delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, en plan peliculero, ha declarado al raptor, “enemigo público nº 1”. Solo le ha faltado decir; “póngame con el presidente”. Ya sé que no es fácil detener a los monstruos, pero como la señora ésta no puede soltar a los antidisturbios para que apaleen al personal, no sabe qué hacer.

Esto es lo que pasa cuando se deja de realizar actividades de protección y vigilancia y se dedican todos los esfuerzos a proteger a los corruptos y a intimidar a la gente disolviendo manifestaciones a palos. Que pida ayuda a la virgen, que de tan buena que es resolviendo crímenes hasta está condecorada.