La paga que no se paga

Como la Navidad se acerca han aparecido besugos a tutiplén. Por eso, Basagoiti anuncia que abrirá PPtokis en las localidades vascas (bautizados por algunos ya como Pipi tokis) con una tortilla de patata española esmeradísima. Con la Navidad prolifera también otra especie, los merluzos del norte. Como Patxi López que prometió la paga que no se paga y protagonizó en el último respiro de la legislatura su centésimo sainete.

Que ¿cómo se llama la película? La verás pero no la catarás. Porque solo los que creían en los Reyes Magos podían dar pábulo al anuncio del pago de la extra. Con esta bufonada, el lisensiado López ha escrito todo un manual de mamarrachada política sobre cómo hacerse el guay con sus funcionarios autonómicos disparando con pólvora del rey.

Tampoco hay quien se trague el cuento de que Rajoy y su damisela Soraya hayan secuestrado al Olentzero con la connivencia del Constitucional. Pero si tenemos en cuenta que el alto tribunal tardó tres horas en resolver el caso de la paga extra y siete años en dilucidar lo del matrimonio homosexual, podría exigírsele que se diera la misma prisa en paralizar los desahucios. Tan lentos e indolentes PPara unas cosas y tan veloces PPara obedecer otras. Con acciones como éstas ya suena por ahí el siguiente villancico: «Funcionarios y pensionistas se dirigen al portal para entregar a los bancos su paga de Navidad… y Rajoy en el pesebre se ríe porque está alegre…»

Ahora que ya tienen iPhone, iPad… compren el iPillow

Nuestros gobernantes demuestran que siguen viviendo por encima de sus posibilidades, o sea, de las nuestras. Porque ¿debe el Parlamento vasco empezar la legislatura de la austeridad comprando iPads para sus diputados? Seguro que los 115.000 euros que van a apoquinar son el chocolate del loro, pero el Iñaki de a pie tiene la impresión de que los 70.000 euros anuales per capita que cobran sus mercedes les dan para que se compren cacharritos de última generación de su bolsillo y así estén conectadas cuando les plazca.

Miren también sospecha de esa rara afición de los políticos por el iPad, el iPhone… sobre todo con nuestro iDinero. ¿Para cuándo el iPillow si quieren echar una cabezadita en la Cámara? Primero les compran un portátil, luego una tableta, mas tarde el toblerone (quiero decir el smartphone), ¿también les hemos pagado fundas de Luis Vuitton? Son 75 pero compran cien… tal vez por si comparten la tentación de sus colegas del Congreso de extraviarlos. Me imagino que 168.000 parados vascos están aplaudiendo estos días con las orejas. Y otros dos millones de ciudadanos estamos botando de inmensa satisfacción. Y digo yo ¿sus señorías, no necesitarán, por casualidad una Xbox 720, una Nintendo 3DSXL para sus churumbeles o una tele de 52 pulgadas en tres dimensiones? ¡Ah perdón! que, según Pilar Sol, diputada del PP en las Corts Valencianes, solo se compran teles de plasma lo pobres que cobran las ayudas sociales.

Urdangarin entre rejas

Urdangarin entre rejas

Urdangarin se muda. Pero no a la cárcel. El yerno de rey y su mujer están terminando de sacar las cosas del palacete de Pedralbes para acelerar su cambio de domicilio tras la petición de una fianza de ocho millones de euros. Si no pagan, pueden embargar sus bienes y se quedarían en la calle. Aunque ya verás como a éste si le paran el desahucio sin necesidad de recurrir a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. Conseguirá vender la mansión a alguna mafia rusa y, por varios millones, el mafioso puede conseguir el permiso de residencia para él y toda su banda. De momento, la familia Urdamangarín iniciará una nueva etapa en un chalé modestito que se ajuste a su actual nivel de ingresos.

Cuando los duques volvieron a Barcelona empezaron a ir de pobres y se montaron una peli a lo sintecho. Se dejaron fotografiar en un Golf con más de veinte años y a punto estuvieron de ser pillados in fraganti comprando en el Lidt. Es duro sobrevivir a la crisis teniendo que afrontar un ERE en Telefónica después de cobrar 1,5 millones de euros al año. Además la infanta Cristina, la pobre, está agobiada ante un posible despido. Todo por las pérdidas que ha ocasionado el duque a La Caixa que le concedió una hipoteca por valor de cinco millones de euros cuando Iñaki declaraba un sueldo de tres mil euros, y ahora igual deber ser rescatada. Lo que nadie ha explicado es que cuando rellenó la casilla de avalistas, Urdangarin puso: todos los españoles, y por eso nos han confiscado hasta el aire.

A vueltas con la cosa

Panamá 1, la Cosa 5. Se ha montado un pollo porque Markel Susaeta evitó decir España y se refirió a… la cosa. Y eso que, oiga usted, iba vestidito de cosañol, cosañol, cosañol… y no daba lugar a confusión porque llevara puesta la camiseta de Malta. Anda que no habremos oído frases incongruentes pronunciadas por futbolistas. Al fin y al cabo no dijo ni el fútbol es así, ni tampoco no hay rival pequeño. La locuacidad, que se sepa, no es un bien exigible a los deportistas. Y para ejercer de delantero no hay que ser, hasta que no se acredite un examen de tiqui taca, de retórica fácil. Si lo llega a decir Sergio Ramos -el único patriota que milita y juega en la cosa-, ni mu. Pero si lo comentan Xabi, Piqué o Puyol hasta les harían un polígrafo para analizar si son de pura raza.

Así que a Susaeta lo lapidan en la plaza de la caverna mediática y según está la cosa, jodida básicamente, el linchamiento se debería dejar para otros personajes. El fútbol es una religión que necesita creyentes e idolatra a sus dioses, pero los jugadores son ateos. Juegan por dinero. Además nadie dijo que para ser un ídolo de masas hubiera que hacer másters y dejar de sentenciar cosas como que cuando la pelota no quiere entrar, no entra, o estoy a las órdenes del míster.

Algunos periodistas también van serviditos cuando preguntan aquello de ¿qué?, ¿contento?, después de un 3-0, y nadie les canta las cuarenta. Aunque yo, la verdad, ignoraba que había que jurar la bandera antes de jugar en La roja. ¡Cómo está la cosa!

Se vende kit… por no saber utilizar

Treinta señorías han extraviado sus herramientas de trabajo. ¿Qué esperaban? Si no son capaces de cuidar de la sanidad y la educación, cómo van a estar pendientes de un iPad. Si querían que los diputados conservaran sus chucherías electrónicas deberían haber atado las tablets a los escaños como hacen con los bolígrafos en Correos.

Ya me los imagino delante del señor Posada dando explicaciones. «A mí se me cayó por el water del business class, yo el mío lo dejé en el coche oficial, o lo subasté para terminar de pagar la última letra del Porsche Cayenne».

Sinceramente les entiendo. Se quedan sin extra de Navidad y tienen que resolver los regalos de Papa Noel. Por eso es más fácil que les compremos los juguetes nosotros. El siguiente paso será sacar un anuncio; Revendo kit de diputado -incluye un iPhone 4S casi nuevo- por no poder llegar a fin de mes. Firmado: Un votado que todavía no ha sido botado.

¡Qué buena gente! y cómo demuestran que nuestra mayor industria es la charcutería solidaria. Si rebuscan en las habitaciones de sus hijos o sus sobrinos seguro que encuentran más de una tablet donada. Los nombres de los despistados habría que pincharlos en el tablón de anuncios del Congreso para ver cuántos diputados defectuosos tenemos y que alguien pague los arreglos. Para desviar la atención de tanto chorizo, el Gobierno anuncia que suprimirá un 66% de vehículos oficiales. ¡Vaya tijeretazo! Eso es lo mismo que prescindir de la aceituna del vermouth.