Caricatura de «El Padrino»

 

Lo pretencioso es el resultado de una ambición sin talento. Al último serial de Telecinco le sobra codicia y le falta narrativa. Vivir sin permiso ha logrado en su estreno más de tres millones de espectadores (también el ignominioso Gran Hermano VIP superó el jueves el 31% de share) y pasa a formar parte de los triunfadores en taquilla y fracasados en lo importante. En apariencia, es una serie más de narcos situada en Galicia; pero se descalabra en un culebrón penoso con todos los elementos del género corregidos y aumentados. Está la figura del capo de la droga, que encarna el galán José Coronado (su sex-appeal es casi todo en esta historia), al que han llamado Nemo, por Nemesio y no por el capitán del Nautilus. Tiene Alzheimer y mala conciencia, por lo que decide dejar las cosas arregladas y liquidar su tinglado criminal. ¿Quién tomará el mando? La familia, claro, es lo primero: el hijo adicto y homosexual, la hija sensible y artista, el ahijado listo y calculador; y la ilegítima, única inocente en un escenario de personajes alambicados. Añadan a esto traiciones, policías y políticos corruptos, un poco de sexo velado, asesinatos rituales y una antigua novia en coma y tendrán una aberrante imitación de El Padrino.

Para rematar nos brinda una de esas frases engoladas perteneciente a la épica de los héroes de baratillo. Es la que Nemo Bandeira, henchido de sublime angustia, suelta a su sicario: “Prométeme que cuando no recuerde el nombre de mis hijos me pegarás un tiro”. Todas las campanas de catedrales y ermitas de Galicia repicaron al unísono tras el juramento del hampón. Así de simple es lo demás, como cuando el profesor de instituto arenga a los chicos para que no se alisten al narcotráfico, morcilla pedagógica habitual en los relatos de malvados.

Al otro lado, en la imperfecta realidad, ETB2 se marcaba un éxito con la entrevista de Xabier Lapitz a Carles Puigdemont, y La Sexta y Ferreras hacían lo propio con el candidato francés a la alcaldía de Barcelona, Manuel Valls. Ay, Dios, ya estamos en campaña electoral.

Un comentario en «Caricatura de «El Padrino»»

  1. La nueva serie de la televisión que quiere emular a un culebrón mafioso italiano es auténticamente un desastre. Es patético que la televisión emita este programa.
    Me parece qué ETB2 está cogiendo un poco las riendas y lo está haciendo un poco mejor con las entrevistas que están realizando.
    Muchas felicidades por su artículo abordando estos temas en la televisión que nos da a conocer este mundo que en realidad es un gran lobby.

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