Pánico en Mediaset. Las alarmas se han disparado en casa de Paolo Vasile, embajador plenipotenciario de Berlusconi en España, ante el inicio de un annus horribilis y la pérdida de su hegemonía. Y, además, descenso en Bolsa. Atresmedia ha acertado con su compra de La Voz a un precio escandaloso y con la ficción, mientras Telecinco naufraga con GH Dúo, reality de parejas. Yen la pugna de las segundas cadenas, La Sexta barre a Cuatro que, por orden expresa del Commendatore, ha decidido suicidarse suprimiendo sus informativos, algo impropio de una cadena generalista.
La Sexta supera a Cuatro en casi un punto anual. Desde 2015 sus trayectorias son opuestas: una no deja de subir y la otra no deja de bajar. Y de repente, se produce un desconcertante golpe de mano: Vasile ordena retirar sus noticiarios y manda piratear algunos productos de su directo rival. Mimetiza malamente a Zapeando con Todo es mentira, en la sobremesa; y desplaza a Carme Chaparro a confrontarse con Mamen Mendizábal y su Más vale tarde. La catástrofe de Risto Mejide ha sido histórica, con registros tan bajos que auguran su inmediato cese. El viernes fue un funeral de tercera, pese a que el publicista anunció su liberación de los guionistas (¡como si estos fueran la causa del desastre!) y convocaba a Belén Esteban al plató para amortiguar la ruina. Frank Blanco, con 1500 episodios de ventaja, casi triplica a un Mejide nada divertido con su antifaz de gafas oscuras y su arrogancia a cuestas.
Solo Carlos Sobera consuela al italiano con First Dates y Volverte a ver, a costa de Osborne y sus pijadas. La reivindicación de Risto ocurrió ayer con Chester, noble espacio de entrevistas que encierran grandes testimonios. Y es que ciertos relatos no necesitan presentador ni intermediario, como en la próxima ceremonia de los Oscar.
El panorama audiovisual español es desolador, con el 80% del share en manos de indepes catalanes y de la ultraizquierda.
Mentir a sabiendas es mentir doblemente
Menos mal que en Catalunya tenemos TV3 para escapar a la prensa del régimen y sus «vamos a contar mentiras» sobre el «procés».
Cuatro hace tiempo que se convirtió en una ampliación del vertedero de Tele 5, donde no cabía toda la telebasura.
Tampo la echaremos de menos.