Se recordará 2020, bisiesto, siniestro y pandémico, como annus horribilis, el año que un enemigo invisible paró el mundo. ¿Y a quién no se le paró el mundo alguna vez? A la tele no, nunca se detuvo y siguió funcionando hasta el punto de alcanzar el mayor consumo de todos los tiempos. En el salvaje confinamiento de primavera, la televisión e internet fueron las únicas conexiones humanas con el exterior y las plataformas como Netflix y HBO crecieron exponencialmente en suscriptores, pero sin más mérito que servir de distracción de la soledad y el terror.
El balance es penoso. La publicidad se hundió, los programas colapsaron y los grupos mediáticos cerrarán, como la novela de Stendhal, en rojo y negro, por pérdidas y por haber contribuido a la expansión del miedo como herramienta para la prevención del contagio. Para la historia universal de la infamia quedará el despiadado afán de los informativos en contar día a día, hora a hora, los muertos por el virus. Era más eficaz, pensaron, acojonar a la gente para mantenerla quieta y callada que apelar a su libre responsabilidad. No nos respetaron.
Las series han crecido como alternativa a la programación conservadora. Entre lo mejor, la segunda temporada de La amiga estupenda, pura esencia; La conjura contra América, nacida del relato de Philip Roth; y Mrs. America, con una enorme Cate Blanchett. Y lo peor, la oprobiosa Patria, mimada por el sistema y fracasada por aburrimiento. Jamás hubo como ahora tantos espectadores de primeros capítulos. El fútbol de estadios vacíos dio lugar a la majadería de la retransmisión con sonidos falsos, felizmente calificados como “orgasmos fingidos” por Concha Lago en DEIA. Y por supuesto, ETB no emitió en directo el mensaje navideño del rey de España, cumpliendo la tradición y la honra democrática de Euskadi. Urte berri on!
Me ha encantado el comentario de su compañero en DEIA, Koldo San Sebastián, igualando en cutrez a PATRIA con OCHO APELLIDOS VASCOS.
La misma talla intelectual.
¡A ver cuándo estrenan una serie sobre los Borbones!
Sobra tema, faltan huevos.
No se como se mide la talla intelectual, creo que depende de los apriorismos de cada uno.Como poco creo que es opinable.A mi Patria me pareció un trabajo muy digno.Recoge hechos que cualquiera que haya vivido aquí los ha visto o sentido.La violencia de Eta y la institucional,el chivateo en muchos pueblos,la marginación cuando no acoso de quién pensaba diferente,las torturas de la policia(recogidas fielmente),el papel de sectores determinados de la iglesia.Desde mi punto de vista es una aportación sobre la historia reciente de Euskadi.Aun respetando todas las opiniones creo que existe una inquina contra esta serie.
Lo que es obvio es que Patria ha tenido un fervoroso patrocinio por el poder político del Estado y los medios, lo que no ha podido ocultar su fracaso como serie. No es inquina, es la puñetera realidad.
«Las torturas de la policía (recogidas fielmente)». Por favor, le dedica, al igual que el libro, una porción marginal del relato, dejando sin resolver que una violencia (del Estado, con sus múltiples asesinatos y barbaridades por doquier) retroalimentó a la otra (ETA).
No estoy de acuerdo en su valoración.La serie tiene casi un capítulo tratando las torturas de un modo muy gráfico.Fue una expresión bestial de la violencia del estado.No sé si es una porción marginal del relato pero queda muy explicita.Al igual que el resto de factores totalmente reales.No sabía que la multinacional HBO necesitaba tanto patrocinio político.Si usted lo dice…
No es la multinacional HBO la favorecida: es el relato que proviene de una novela de Fernando Aramburu, muy mediocre y muy partidista, muy del agrado del Estado.
Le guste o no la productora es la principal beneficiada.Lo del relato mediocre ,como todo,es opinable.Y sobre lo que es de agrado del Estado, y cuál es de su agrado?Si puede saberse….
Al Estado español (y con él la mayoría de las personas fieles al mismo, a su unidad rojigualda y derivada del fraude la transición) es que el relato de la responsabilidad de la violencia sea únicamente de ETA, con una sociedad vasca cómplice y cobarde, sobre todo los nacionalistas, en tanto que los partidos políticos españoles y el propio Estado queden libres de toda culpa en el conflicto. Los malos y los buenos bien caracterizados, y a su gusto. Es lo que cada día vende a su crédulos lectores, como en su época de cantor y propagandista de la dictadura, El Correo Español y lo que Patria, en su burda novela, aspira a reflejar, como una mala sombra de la realidad.
La «valiente» (segun P. Sanchez) intervención de Felipe de Borbón ante las cámaras públicas evitó mencionar, por supuesto ni condenar, la actuación de su inviolable padre y las algaradas de militares bajo su mando y hoy jubilados, temas que son, además de la indefendible utilización de la pandemia, de los muertos y nuestros esfuerzos y renuncias a una vida normal, por los despreciables políticos que le apoyan los que causan pánico . Inseguridad judicial ante la corrupción del poder, antidemocracia militar y muerte y sufrimiento son temas objeto de algo más que preocupación y han brotado como noticia generalizada este 2020. Ante ellos la máxima autoridad del estado recurre a veladas referencias en un discurso hueco. Y el Gobierno, la gran esperanza para algunos, no hace más que blanquearlo invitándole a una «remodelación de la monarquía». De pánico.
Sobre las series, coincido: La «amiga Estupenda» y la Conjura de América, de culto, lo mejor del 2020. Solo echo en falta en tu comentario otra: «Gambito de dama», una delicatessen de empoderamiento femenino y de superación del humilde. Una delicia de relato, interpretación, puesta en escena y música.
Sobre «Patria», como «Ocho Apellidos Vascos» y «Vaya Semanita»: retrato para no vascos sobre los vascos, hecho de encargo.
No me he acercado a Gambito de Dama, porque, de entrada, suelo huir de las series de moda.
Hemos debido de leer y ver dos versiones diferentes.Como se puede hablar según usted de buenos y malos,cuando casi un capítulo detalla las torturas?El fraude de la transicion?Son las instituciones vascas fruto de un fraude?En absoluto.A veces la burda realidad se confunde con los burdos deseos.Quizas la realidad es otra cosa.
Es que a mí no me asimilaron, por suerte o por corazón rebelde. Me escapé de del engaño postfranquista. Urte berri on!
Engaño postfranquista?Trabajar para los herederos del franquismo?Para no asimilarle está muy buen disimulado.Urte berri on .Viva los corazones rebeldes!!!