2015, annus horribilis para ETB

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La directora general de EITB no es Isabel II, pero tiene en común con la reina británica la dignidad de mostrar la amargura de los momentos críticos. Otros líderes escapan a las cuentas de la adversidad. Las cosas no están bien en nuestra televisión pública. De hecho van muy mal. Su audiencia “puede que sea la peor de la historia”, ha reconocido Maite Iturbe. Es una certeza y la referencia es 1992, cuando comenzaron las modernas técnicas de medición, que tantos gustos y disgustos causan en este volátil negocio. Aquel fue el annus horribilis de la familia real inglesa, al igual que 2015 para ETB. Nunca habíamos caído tan bajo. Existen explicaciones y no todas justifican el pésimo balance.

Los males de ETB son los de las cadenas autonómicas: han perdido cuota. En Andalucía y Canarias el descenso es mayor que aquí, lo que no es ningún consuelo. Allí no gobierna el PNV, si se buscan culpables políticos. El problema hay que situarlo en el contexto del mercado. La duopolización (Atresmedia y Mediaset), que es una centralización mediática brutal, destruye la periferia. Debe recordarse que EITB es el organismo público que más recortes ha sufrido en la administración vasca. Y con un 30% menos de presupuesto es difícil competir con los monstruos italianos y el insaciable imperio de Movistar. Nuestra televisión, a su escala, se salvará por igual motivo que preservamos las cajas de ahorros, mientras se hundían en todo el Estado: por buena gestión.

Pero ha fallado la otra solvencia: la creatividad, la osadía de proyectos imaginativos y contar con los profesionales de siempre, desaprovechados. Ha faltado intensidad, épica, experiencia. Los malos resultados son culpa de los gestores y las circunstancias que conspiran; pero habrá que preguntar a los ciudadanos por qué Euskadi tiene a Telecinco como canal preferido y por qué consumimos más telebasura que los españoles. No nos pongamos exquisitos. En términos de calidad de país, necesitamos a ETB tanto como a Osakidetza. De momento, hoy regresa El Conquistador. Buena señal para remontar.

 

Cristina Pedroche y la causa de las mujeres

Hablamos de televisión

7 enero 2016

Contenidos de mi intervención en Onda Vasca, programa de Begoña Beristain.

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1. A debate

Pedroche y la tele como reflejo social

Hemos hablado aquí muchas veces del papel influyente de la televisión en la conducta de las personas y de que, a su vez, lo que se ve en las pantallas es el reflejo de lo que es la sociedad en su conjunto. Es una discusión recurrente y tiene su punto de verdad, por mucho que suene a tópico.

En este sentido, cabe referirse a lo que hemos visto este año en las campanadas de Antena 3, protagonizadas por la actriz, modelo y presentadora de la Sexta, Cristina Pedroche. La Pedroche y su vestido no es el debate. Ni siquiera lo es si el modelo en cuestión (un vestido a base de cristales, transparente en todo menos en “sus partes”) es una mala imitación de otros modelos, de si llevaba o no bragas o de si costó, como se ha dicho, 100.000 euros, lo que sería un insulto para un país empobrecido. Esa no es la cuestión. Como tampoco lo es que Cristina adopte esta estrategia de notoriedad para su carrera, para lo que tiene plena liberta de hacer lo que quiera, así como Antena 3 de montar el show como sea de su antojo. Aquí todo el mundo es libre, incluso para hacer el ridículo. No cabe duda de que Cristina tiene argumentos de belleza para lucirse y dejarse admirar.

La cuestión de fondo es si una sociedad como la nuestra, que quiere potenciar los valores de la igualdad entre las mujeres y los hombres, una meta que está muy lejos de estar a nuestro alcance, puede o debe plantear un espectáculo televisivo en el que el cuerpo y el vestido de una mujer sea el factor determinante. Porque las campanadas de esta última Nochevieja han sido el vestido y el tipazo de la Pedroche. Y esta mujer se ha prestado con mucho gusto al show. ¿Ayuda este espectáculo a la igualdad? ¿Por qué es polémica el vestido y el cuasi desnudo de una mujer en televisión, y no otras cosas más sustanciales? ¿No es esto el reflejo del machismo de nuestra sociedad? ¿Por qué se le llena la boca de mensajes de igualdad a las cadenas de televisión, en este caso a Antena 3, y luego lo desquician con este bochorno?

Llama la atención que sean las mujeres, algunas, las que lo estropeen todo en el camino a la igualdad. Insisto en que Cristina Pedroche puede hacer lo que le venga en gana: pero debería preguntarse si su carrera como presentadora necesita semejante espectáculo y ser su cuerpo y su vestido el tema de debate. Queramos o no esto es lo que hay: una sociedad contradictoria, que apela a unos valores, al menos teóricamente, pero que su conducta pública, sobre todo en los grandes medios de comunicación, los tira por tierra, con prácticas de evidente machismo. La mujer, según la tele, sigue siendo un cuerpo, un vestido, y no una persona con la misma dignidad y derechos que los hombres. Efectivamente, la tele la hacen los hombres y algunas mujeres ayudan a que las cosas no cambien.

 

2. El impacto

Ir a la tele y hacer el ridículo

Lo malo que, a veces, tiene ir a la tele es que se puede hacer el ridículo y dejarte en evidencia. Eso es lo que les ocurrió la víspera de Reyes al dúo musical adolescente Los Gemeliers. Estos dos chicos andaluces fueron a jugar a Pasapalabra, en Telecinco. La cosa tendría mayor importancia si no fuera porque el concurso demostró que una cosa es equivocarse y otra demostrar la ignorancia.

A lo largo de su participación, estos adolescentes dejaron bien clara su ignorancia, que nada tiene que ver con su mejor o peor talento musical en su participación en el programa “La Voz Kids”. No sé si Los Gemeliers son ídolos musicales para los adolescentes españoles; pero no son ejemplo de formación y cultura. Y ahí es donde está el problema. Que los ídolos de nuestros chicos tienen los pies de barro.

A los managers de este dúo no les queda la menor duda que la participación en Pasapalabra fue un desastre. Y que es mejor que canten, y que solo canten, para no hacer el ridículo con su pésima formación educativa.

https://www.youtube.com/watch?v=LqJNduZl0Uk

 

3. Audiencias. Lo que nos gusta y lo que no

Una niña gana el concurso MasterChef Junior

A la tercera, ha sido una niña la que ha ganado el concurso gastronómico. Antes habían ganado los chicos. La final en víspera de Reyes, obtuvo una audiencia de 22.6% y 3.346.000 de espectadores, récord de la temporada.

Este dato final parece que indica que el programa, en su versión infantil, tiene futuro; pero la media del programa en todas sus emisiones ha descendido respecto de las dos anteriores. El declive de los programas de gastronomía, entre otras razones porque hay muchos, es imparable, pero será lento.

Lo cierto es que María, de 11 años, la ganadora, ha causado sensación, por su desparpajo y entusiasmo; pero también por sus creaciones culinarias. El premio, por cierto, lleva aparejado un curso de cocina en el Basque Culinary Center, de Donostia; por cierto, una de las ideas institucionales más inteligentes de esta ciudad, que la convierte en uno de los polos de referencia en la formación de la alta cocina.

 

4. La buena publi

Adolescentes: los tópicos se vienen abajo

Este anuncio es todo un tratado sociológico. Es mucho más que un anuncio. Pone en la superficie los tópicos y prejuicios de los adultos sobre los adolescentes de hoy, y derriba la falsa idea de que esta generación es una generación perdida.
Se trata de un largo anuncio de fondo social, firmado para todo el mundo por una agencia de publicidad madrileña, dirigida por Luis Bassat, para la sociedad financiera ING y el organismo de la ONU Unicef. El anuncio tiene tres partes: en la primera, diferentes adultos de todo el mundo ofrecen sus testimonios sobre los adolescentes, que son unánimes en su prejuicios: los chicos y chicas son egoístas, agresivos, mal educados, etc. En la segunda parte, se muestran a adolescentes de todo el mundo que han demostrado un gran desarrollo intelectual, artístico, científico y humano. Casos reales. Y en la tercera, vemos cómo los adultos reconocen sus prejuicios y se muestran dispuestos a reconocer la valía de esta generación.

Sencillamente, magnífico.

https://www.youtube.com/watch?v=VO7R4t3DC-0

 

5. Recomendaciones para el fin de semana

Empieza la nueva temporada

Terminado el paréntesis navideño, arranca la nueva temporada de televisión, que nos llevará hasta un verano muy deportivo.

Hoy mismo, comienza el programa de telebasura “Gran Hermano VIP”, en Telecinco, que es eso, lo más cutre del famoseo español, encerrados en una casa durante semanas, para demostrar su enorme nivel personal. En esta edición, se cuenta con Rosa Benito, un referente social; Rappel, el vidente de las estrellas. Carmen López, concejala de Podemos en el Ayuntamiento de Castilleja de la Cuesta (Sevilla), todo un fichaje para la nueva política de los partidos emergentes, que se desnuda en Interviu. Carlos Lozano, presentador de televisión. Raquel Bollo, otro referente social. Laura Matamoros, cuyo mérito es ser hija de Kiko Matamoros, otro referente social. Otro es Julián Contreras Jr., hijo de Carmina Ordóñez, que anda flojo de pasta y se va a recaudar fondos a esta pocilga. También estará un joven llamado Sema, cuyo mérito es haber sido novio de la hija de Isabel Pantoja. Y así, con el este nivelón, el resto de famosos. El que quiera basura, aquí la tiene y de la buena.

Hoy también, arranca la nueva temporada de “Cuéntame lo que pasó”, en TVE, el relato de la historia del postfranquismo y años siguientes a través de la familia Alcántara, con toda su evolución social, política y económica, cuyo protagonista principal es Imanol Arias. La serie después de 16 años se mantiene a flote, pese a que ha ido declinando por el paso de los años. Van a cumplirse 300 capítulos y esto es mucho más que un culebrón venezolano. La serie es buena, pero demasiado correcta en lo político, al gusto del relato de eso que se ha venido en llamar de la “ejemplar transición española”. Esta noche, a partir de las 22:00 horas.

Para el fin de semana, una película:

El sábado, a las 22: horas, tenemos una buena película, “Qué esperar cuando estás esperando”, comedia de lujo basada en el libro del mismo título, que vendió millones de ejemplares en su día. El reparto es de primera, con Cameron Diaz, Matthew Morrison, Dennis Quaid y Jennifer Lopez, entre otros. Perfecta para estos últimos días de fiesta.

Y un programa muy interesante sobre el mundo del Hollywood.

En la Segunda Cadena de TVE, “El glamour de Hollywood”, a las 23:45 hasta las 01:35 horas. Tienes dos partes. En la primera, se centra en la figura de Elizabeth Taylor y su particular elegancia. En la segunda parte, el documental se centra en la importancia del vestuario en el cine y el trabajo de los principales diseñadores en la época dorada de Hollywood. Estas prendas convirtieron en objeto de deseo a estrellas como Marilyn Monroe, Rita Hayworth o Katherine Hepburn.

¡Feliz año 2016!

Epidemia de doctores: Euskadi, la enferma imaginaria

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Hay epidemia de doctores. Da igual que sean curas, sociólogos, políticos, periodistas, escritores, filósofos o gente sin oficio conocido; pero tienen en común el afán de pronosticar la enfermedad de nuestro país: “Euskadi es una sociedad enferma”, advierten. Nadie sabe con qué instrumentos, bajo qué fórmula de diagnóstico, en qué circunstancias realizaron la auscultación y quién les ha pedido la exploración de la salud de la comunidad. Sin embargo, todos se creen capaces y autorizados para emitir un juicio, condicionados por una perspectiva subjetiva de la realidad social y con una intencionalidad personal tan hostil que anula la validez de su dictamen, atrevido e indemostrable. El último en emitir su parecer ha sido el obispo de Donostia, José Ignacio Munilla, habitualmente severo con quienes discrepan de las posiciones conservadoras de la fe católica. Tomando como referencia las elecciones del 20 de diciembre, el prelado ha dicho que “estos resultados reflejan una profunda crisis. Son el retrato de una sociedad enferma”. ¿Y por qué le disgustan? ¿Por radicales, por dispersos, por insensatos? ¿En qué síntomas del voto se atisba su trastorno? ¿Qué datos hubieran sido los óptimos para que no existiera patología?

Entiéndase que el sombrío diagnóstico sobre la salud de la comunidad no se refiere al estado físico de las personas. No habla de nuestra excesiva dieta o falta de cultura preventiva. Ni siquiera apela a las patologías psíquicas de la gente, a la propensión a la fantasía, angustias, paranoias o enajenaciones recurrentes. Quienes como Munilla hablan de la sociedad enferma están señalando el mal moral de todos o la mayoría, lo que hace menos creíble este diagnóstico. ¿Qué tipo de comportamiento malvado define la insalubridad espiritual de un país? ¿Qué proporción de ese pueblo debe ser éticamente corrupta para que el estigma sea generalizable? ¿La mitad, dos terceras partes, más de 10%? ¿Cómo se determinan esas magnitudes? ¿Quién posee el barómetro de la malignidad? ¿Existe la exacta ciencia moral? Sólo desde posiciones inquisitoriales y de una inexistente superioridad ética, autoatribuida por gurús y chamanes públicos, cabe sostener el trastorno subjetivo de Euskadi. Es ridículo insistir en semejante estipulación. Si ya es aventurado calificar con criterio una conducta personal, imaginen lo complicado de la evaluación de toda una colectividad humana.

Doctores tiene la sociedad

En Euskadi estamos acostumbrados a estos diagnósticos tras años de convivir con la violencia, por un lado, y los vigilantes de la verdad absoluta, por otro. Nos endosaron una responsabilidad y connivencia con el terrorismo que no existieron más que en una parte pequeña del país. Nos culpabilizaron por ello a fin de ocultar la ineptitud de los políticos. Intentaron quebrarnos ideológicamente para acusar al nacionalismo vasco de aquel drama. Hicieron trampas con la verdad. Nos llamaron cobardes, nos atribuyeron el miedo, nos manipularon. Nos maniataron la opinión con la excusa de las acciones de ETA. Nos calificaron entonces, como ahora, de ser una sociedad enferma.

Deberíamos guardar memoria de aquellos embustes. Están escritos sobre el barro de la miseria. Aurelio Arteta, catedrático de Filosofía Moral y Política de la UPV, declaró en su momento que “no basta con el fin de ETA para que Euskadi deje de ser una sociedad enferma”. Consuelo Ordoñez señaló en su día, y quizás aún lo mantiene, que “no me gusta en lo que se está convirtiendo la sociedad vasca. Creo que es cobarde y está enferma”. La catedrática y periodista Ofa Bezunartea se enrocó en igual diagnóstico al proclamar que “en el País Vasco hay una gravísima crisis moral propia de una sociedad enferma”. Gorka Maneiro, diputado de la cuasi extinta UPyD, nos regaló esta perla: “Euskadi es una sociedad abducida y enferma. Lastrada por ETA y sin apenas capacidad de levantar cabeza para cambiar radicalmente las cosas”.

También Alfredo Tamayo dijo en fecha dada, inspirado por sus hábitos de jesuita y la gracia divina, que “la sociedad vasca está enferma todavía, o al menos que hay muchos enfermos en la sociedad vasca y la patología que los genera es una determinada concepción nacionalista”. Sara Buesa, hija del asesinado dirigente socialista Fernando Buesa, afirmó hace poco que “somos una sociedad enferma con valores frágiles”. Del escritor Jorge Martínez Reverte recojo estas declaraciones: “Yo pienso que Euskadi alberga una sociedad enferma”.

Alfredo Retortillo, uno de los responsables del Euskobarómetro, también se adhirió al gran jurado del alma vasca al decir de Euskadi que “es una sociedad enferma, acostumbrada a vivir amputada, capaz de funcionar al margen del sufrimiento que tenga una parte de ella”. Y por supuesto, Joseba Arregi, muy desdibujado ahora en su rol de pontífice ético de nuestro país, a quien la evolución política ha dejado sin argumentos para sus filípicas, compartió muchas veces la visión de Euskadi como sociedad enferma. En esto solo le supera el filósofo Fernando Savater, quien decía que “en el País Vasco, la sociedad está putrefacta, no enferma”. La gran hemeroteca de Google nos proporciona un caudal inacabable sobre las proclamas de los inquisidores, que confundían sus disgustos políticos y personales con los avatares de una colectividad compleja como la vasca, cuya enfermedad era no comportarse de acuerdo con el buen juicio y santidad ideológica de los vicarios de España. Y así, hasta hoy.

Crítica de la sociedad contradictoria

Nada ni nadie puede sostener con certeza la enfermedad moral de Euskadi, ni ahora ni antes, porque ese pronóstico es cabalmente irrealizable. Cualquiera podría hacer un diagnóstico de la sociedad vasca, pero tendría que aceptar la precariedad de sus conocimientos y, en todo caso, la inexactitud de su resultado, tan desenfocado como la lupa del microscopio de su ideología. Quienes emiten esos juicios generales sobre nuestra salud no tienen ninguna intención clarificadora, sino agresora, al lanzarlos como piedras sobre los ciudadanos, a los que pretenden separar en pabellones de buenos y malos, tras un cordón sanitario. Solo faltaría que, además, decretasen sobre los segundos la obligación de superar una cuarentena y vacunarlos contra el virus de su solvencia democrática y libertad de pensamiento.

Es posible que seamos una sociedad contradictoria, con valores que se afirman y que en la práctica se niegan. ¿Acaso no es esta, la dificultad de la coherencia, condición común de los seres humanos? Somos como casi todas las comunidades modernas del mundo, tan capaces, tan paradójicos, tan frágiles… Puede que los mismos que prescriben nuestra enfermedad piensen que el planeta entero es un gran hospital de infectados.

Lo que veo, y no es un diagnóstico sino la mirada de un curioso impertinente, como el cervantino, es una sociedad a cuyos individuos les cuesta mucho comunicarse y expresar sus emociones. Somos un pueblo de tímidos, que confunde la discreción con el temor, un país de excesivas desconfianzas y agresivo en el trato y las relaciones. Esta patología social nos conduce a la soledad, a reducir nuestros vínculos y compromisos y a consolidar el individualismo como sistema vital, el mal de nuestra época. El prestigio de la soledad es el fracaso de la libertad: no podemos soslayar los riesgos de su ejercicio y vivir con el temor a sus errores.

Somos en exceso críticos con los espacios comunes y nuestras instituciones, de la familia a la política y la economía. Más preocupante es la propensión de los vascos a las apariencias en menoscabo de la autenticidad. El primer problema de identidad no lo tenemos con España, sino con el espejo y los escaparates. Nos ha enganchado la cultura de la imagen. Yo la conozco bien, con todas sus ramificaciones en la estética personal y su complicación en las relaciones afectivas. Por lo demás, la enfermedad del alma que nos imputan es imaginaria: no existe más que en la mente dolorida de unos doctores que no nos quieren sanos, sino indecentemente dóciles.

Operación de Estado: desactivar La Sexta

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Alguien va a pagar los platos rotos. Los resultados electorales del 20D y el desbarajuste provocado tienen un culpable. Sí, la televisión. Ahí, en sus pantallas, se ha fraguado durante estos años, tertulia a tertulia, a golpe constante e implacable de crítica antisistema y desmedido protagonismo de la izquierda alternativa y poética, la quiebra del bipartidismo y el principio del fin del viejo modelo surgido de la transición. Hay que parar este desastre, claman los dueños del tinglado. Esto ha ido demasiado lejos, repiten, mientras clavan su enojada mirada en la Sexta, esa cadena irresponsable, hija descarriada de la derecha editorial, que ha jugado a la revolución y se les ha ido de las manos. La orden es precisa: hay que desactivar ese canal y extirpar en el resto el caldo de cultivo del populismo que favorece la infección institucional y cuestiona la unidad del Estado y la libre economía.

¿Y cómo se llevará a cabo esta operación sin que se perciba la censura? Tendrá que ser poco a poco. La Sexta ha alcanzado su récord histórico, con el 7,4% de cuota y la oferta de programas referenciales. ¿Desenchufar al corrosivo Wyoming? Lo despedirán con algún pretexto, porque sus mofas no variarán de rumbo. ¿Detener el eficaz discurso de Évole? Tal vez lo desvíen hacia asuntos irrelevantes, al modo de Bertín con la farándula. ¿Enmudecer los debates de Ferreras y poner sordina a Pastor? Cambiarán el plantel de opinantes, con más y mejores marhuendas e indas y con menos y peores rojos de diseño. A nuestro Iñaki López, con quien comenzó Iglesias su vida pública y predicación, le moverán a conveniencia la escaleta de los temas.

Pero el proyecto de derribo no contaba con que Podemos y sus marcas vaciaran el morral de votos de la izquierda abertzale y ganase también en Catalunya. Este mérito español favorece que la tele continúe su juvenil travesura subversiva hasta que el fin de la crisis la desactive por sí sola. Los más inteligentes de Atresmedia piensan que la Sexta ha hecho un gran servicio a la democracia y debe sobrevivir.

Año bisiesto: un día más de cuatro horas de TV.

Hablamos de televisión
31 diciembre 2015

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1. A debate
La tele de 2016

Más que de balance, lo que vamos a exponer es el horizonte de la tele para este próximo año, 2016, que tendrá, como bisiesto, un día más de contenidos. Resumiré en cinco pinceladas lo que, a mi juicio, será el nuevo año televisivo:

a) Seguirá y se agudizará el “bipartidismo” mediático
La tele, ya lo hemos dicho, se parece mucho a la competición del fútbol en el Estado: hay dos grandes, que cada vez se separan más del resto de cadenas, y luego están todas las demás. Es un duopolio Real Madrid-Barça, es decir, un Antena 3-Telecinco. Y esto es así, porque su poder económico es el que les permite hacer producciones que las demás cadenas no se pueden permitir y eso, a su vez, les proporciona cada vez más ventaja. Su capacidad de producción e inversión en series, realities, compra de derechos deportivos es lo que marca su diferencia con el resto de cadenas y esto se traslada a las diferencias en audiencia.

b) Año deportivo
En el 2016 habrá dos eventos deportivos muy importantes: en junio, la Eurocopa de fútbol, con sede en Francia; y en pleno agosto, las olimpiadas de Río. Esto marcará la tele desde mayo hasta otoño y determinará el liderazgo, aún mayor, de los grupos empresariales como el de Telecinco (Mediaset) y el de Telefónica-Movistar, que es el propietario de casi todo el mercado de la televisión de pago.

c) Seguirá la tele muy alterada por la política
Habíamos pronosticado que la televisión, tras las elecciones, perdería fuelle en lo referente a debates y presencia política. Esto ocurrirá, pero será después del primer trimestre del año, que va a continuar con mucho debate y mucha tertulia a propósito de pactos de gobierno y de la posición de acuerdo tácito de unos partidos frente a otros. Después de los pactos que ocurran, el debate político se reducirá, entre otras razones por el interés de los propietarios de los dos grandes grupos de reducir el protagonismo de Podemos en la tele. Por así decirlo, se les ha ido de las manos.

d) Más series
Las series seguirán siendo el plato fuerte de la tele. Habrá muchas más, no solo las de procedencia americana, como la gran triunfadora de estos últimos años, Juego de Tronos, sino otras nuevas. Es la gran apuesta de la tele por su rentabilidad y porque ya existe una industria artística y profesional para producir series, sin avergonzarse de hacer “mal cine”. En esto entra también la oferta de la nueva plataforma Netflix, cuyos primeros resultados en España son espectaculares.

e) Seis nuevos canales de TDT
Antes de abril tienen que estar en funcionamiento los seis nuevos canales de TDT que autorizó el Gobierno central en octubre. Algunos ya están en emisiones de prueba. Son los siguientes: Atreseries. Es un canal de Antena3 exclusivo para series, que sigue la estela los canales temáticos americanos y europeos. D10. Es el nuevo canal de la productora Secuoya. Su apuesta será de televisión familiar, que es el hueco que, según los expertos, existe en la oferta televisiva. Canal Real Madrid. Obviamente un canal para hinchas de este canal, que ya existe dentro de los canales de pago de Canal Digital Plus y que ahora entra en abierto. Kiss TV. Este canal ya está en prueba y no será solo musical, como se deduce de su raíz de la emisora de radio Kiss. Canal Mediaset. Aún no se sabe qué hará el grupo Telecinco con este canal, pero se habla de un canal de contenido infantil. Ya veremos. Y finalmente Canal 13 TV. Es otra licencia para la Iglesia y no sabemos en qué consistirá.

 
2. El impacto

Arde Euskadi

Los incendios forestarles de Berango, Sopelana y Bermeo han incendiado la tele. Esto se ha notado en los informativos y en la información meteorológica en este otoño e invierno tan atípicos que llevamos en Euskadi. Las imágenes de los incendios de estos lugares y los trabajos de extinción han sido las grandes protagonistas de estos días en la tele. Y ya se sabe: ¿de qué habla la tele? De lo que habla la gente, y no al revés. Además, todo el mundo tiene una teoría, a cual más conspiranoica, con el origen de estos incendios. Incluso el del cambio climático.

 

3. Audiencias. Lo que nos gusta y lo que no

Audiencias y datos de 2015

2015 ha sido un buen año para la tele, en audiencia y ganancias. Ha crecido la inversión publicitaria y la tele sigue siendo el gran medio de comunicación de masas. Ya lo hemos visto con ocasión de las últimas elecciones: todo ha girado en torno de la tele.

Telecinco es la cadena más vista, por cuarto año consecutivo. Obtiene el 14,8%, por delante de Antena 3, que se lleva el 13,5% de cuota. Antena 3 no encuentra la manera de obtener el liderazgo, en lo que hay en juego miles de millones de inversión en publicidad y en cotizaciones bursátiles. Las cadenas que más han subido han sido: 13TV, 24H, las Temáticas de Pago, Divinity, Cuatro, FDF-T5, T5, laSexta, Paramount Channel y Clan. Y las que registran mayores descensos son: Disney Channel, Boing, Nova, La2, Autonómicas, La1 y Antena3.

Por otro lado, ha sido un pésimo año para ETB y, en general, para las cadenas autonómica. ETB2 cae al 8% de media y pierde un punto porcentual. ETB1 también baja al 1,9% y pierde una décima. La situación de nuestra televisión pública es delicada y debe encontrar la manera de recuperar el apoyo perdido. Tenemos que preguntarnos por qué la televisión más vista en Euskadi es Telecinco, la cadena de la telebasura. A ver si nos lo hacemos mirar de una vez.

En 2015, el consumo de televisión fue de 3 horas y 54 minutos al día (5 minutos menos que el año anterior), por persona y día. Ha bajado un poco, pero sigue siendo mucho, sobre todo en la franja de las personas mayores.

Lo que más ve la gente en la tele es ficción, es decir, cine y series, en torno al 30%. Después está la información (telediarios y debates) y los programas de entretenimiento, es decir, realities y concursos.

 

4. La buena publi

Euskaltel pone palabras a la Navidad

La operadora de telefonía y TV vasca Euskaltel siempre ha sido un referente en buena calidad publicitaria. ¿Cómo no recordar sus míticas campañas? Sin embargo, últimamente, estaba un poco apagada en buenos anuncios. En esta Navidad, nos ha regalado una campaña muy emotiva, basada en testimonios de personas corrientes, que regalan de esas cosas que son gratuitas y que tanto bien pueden hacer frente a la tragedia del silencio: las palabras. Con esta idea ha montado una serie de anuncios, protagonizados por personas de diferentes edades y tipos, que dicen lo que quieren decir, regalando eso, la maravilla de las palabras: palabras de amor, de apoyo, de recuerdo, de amistad…

Un anuncio que se deja ver un montón de veces.

 

5. Recomendaciones para el fin de semana

Las uvas:
La mayor parte de las personas y familias toman las uvas con la tele, ya se sabe. Y hay donde elegir. Generalmente, gana TVE, con Ramón García y su capa, que vuelve. Pero también ha crecido la oferta de Antena3 y la Sexta, así como la de Telecinco. La elección de ETB estará marcada por la capitalidad de Donostia como ciudad de la cultura europea, y en eso se centrarán las uvas: en el éxito de Donostia de este año.

Luego estarán las celebraciones con canciones, bailes y humor, sobre todo con el programa de Mota en TVE. En eso, yo les recomiendo que esta noche pasen de la tele a la música y la radio una vez se hayan tomado las uvas. Póngase a bailar entre ustedes y levanten el culo del sillón. Bailen, canten y jueguen entre ustedes. Hagan el ganso por un día.

El resto del fin de semana es de cine, sobre todo:

El viernes, 1 de enero, si no nos levantamos para el famoso concierto glamuroso pero pijo de Año Nuevo en Viena, podemos esperar hasta las 16 horas, para ver en Telecinco “Titanic”, un peliculón romántico para activar los deseos de vivir en el nuevo año. Allí veremos a Di Caprio en todo su esplendor y a una inmensa Kate Winslet.

El sábado, 2, una película de dibujos en 3 dimensiones para ver con los niños: “Hotel Transilvania”, cuya segunda edición se está estrenando estos días en las salas de cine. Esta es la primera. Una excelente producción animada, para ganar un poco de ingenuidad en el nuevo año. Fe en lo que creemos e imaginación para crear lo imposible es lo que hace grande nuestra vida.

¡Feliz Año Nuevo para todos!