Mientras me tomo una granita al limone en la plaza Busacca de Scicli, recuerdo que esta es la ciudad originaria de Elio Vittorini, escritor social siciliano-italiano, que rechazó publicar El Gatopardo del aristócrata siciliano-siciliano Giuseppe Tomasi di Lampedusa.La historia de la incorporación política, social y cultural de Sicilia a Italia es casi tan larga y complicada como la del Reyno de Navarra a la corona española.Pero de todo esto hablaré otro día.
Hoy prefiero hablar de esas tierras rotas que hemos atravesado para llegar hasta aquí, unas tierras densamente pobladas de oscuros algarrobos y picarazas negras, y algún que otro olivo chato y reseco a la vera de alguna casa. Ha sido también sorprendente circular por ese laberinto de carreterillas, entre pequeños y largos muros de piedra blanca, circunvalando predios tan numerosos como exiguos. Leonardo Sciascia, en un sugerente ensayo sobre el antiguo Condado de Módica, afirma que por estos lares se instaló un régimen de minifundio en enfiteusis, a instancias de una nobleza ilustrada que prefería que el campo fuera productivo de algo más que una renta.
Pero, en fin,esta ciudad es, así mismo, uno de los escenarios de la serie «El comisario Montalbano» de Andrea Camilleri, y no hemos podido evitar la consabida fotografía frente a su supuesto commissariato di polizia- eso sí sin ver por ningún lado al ilustre calvo personalmente en persona.