Frente a la impresionante iglesia de San Giorgio de Ragusa Ibla, se extiende la larga Piazza del Duomo ,y en su extremo izquierdo el paseante se encuentra con un edificio modesto y discreto , casi siempre cerrado, en el cual figura la siguiente inscripción: Circolo di conversazione.
Se supone que es el lugar en el que la aristocracia ragusana ( masculina, por supuesto) se reunía para intercambiar opiniones y llegar a posibles acuerdos en un ambiente distendido.
Para quienes no somos ni aristócratas ni ragusanos, ni vivimos en el siglo XIX, la curiosidad sobre este edificio radica en su mismo nombre pues evoca la igualdad casi geométrica de unos pocos iguales frente a muchos desiguales.
Con el tiempo los muchos desiguales fueron creando sus propios círculos ( obreros, campesinos, ciudadanos, mujeres…) y terminaron en muchos casos por enfrentarse a los hasta entonces pocos iguales, pero la marca , en su dimensión geométrica, ha continuado teniendo su vigencia como es manifiesto en los edificios públicos que todavía sirven de palestras. Y esa marca, occidental por excelencia, es la marca del «homo aequalis» frente al «homo hierarchicus» que tan bien matizara en su momento el antropólogo Louis Dumont.
Y de todo esto doy buena cuenta cuando me llevan a la última cena en el ristorante-pizzería Convivio de Módica que de buena gana me llevaría en la maleta ( Salvo incluído) y que durante estos días ha sido nuestro verdadero circolo di conversazione…