Pithecanthropus Aizkorrisensis

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Hoy es el último día de playa razonable ya que  más adelante vienen las mareas vivas y la  mar está más de ver que de entrar. Hace buena temperatura gracias a una brisa ligeramente fresca y me entretengo siguiendo por medio de unos catalejos la regata de la Copa de Getxo.

De pronto un gran  tatuaje ocupa todo mi campo visual. Dejo los catalejos y me pongo las gafas. A paso ligero pasa ante nosotros un tipo  bastante alto, de figura triangular y músculos de muchas horas de gimnasio, coleta y perilla, tatuado hasta en sus partes pudendas que , por cierto, las lleva al aire en alegre biribilketa pues es esta playa semi-nudista municipalmente.

Y recuerdo cómo el nudismo se convirtió en algunos de mis pasados tiempos en un rito obligatorio de la progresía, como el porro ( de maría) , las camas redondas sin pasar por las cuadradas , el vegetarianismo radical ( todavía no había veganos)…y el kéfir. Vamos, que no había manera de ir con los amigos  concienciados  a la playa y mantener el bañador en su sitio, lo cual que a mí me producía un cierto desasosiego no moral sino físico al no saber como colocar cómodamente mis atributillos. Otro sí que algunas de las colegas que me parecían atractivas y atracativas dejaron de serlo ipso facto ante la contemplación natural de sus pilosidades. Pero por supuesto, yo no dije ni mú pues no quería dar a entender que había sucumbido a los proyectiles almibarados de la burguesía conservadora. Pero bueno , aquellos desnudos eran bastante «naturales» ( todo consistía en desnudarse) y no se parecían nada al de este tipo  que se lo curra y bien para ir desnudo ( supongo que por más ámbitos sociales que la playa).

Dice  el  discutido sinólogo François Jullien , en su obra De la esencia o del desnudo,  que la apología del desnudo que se hace en Occidente ( como canon o como contra-canon) tiene mucho que ver con una idea esencialista del ser humano que sería así más humano cuanto más desnudo, pero a la vista del andar del tipo  mencionado,  se podría llegar a pensar que cuanto más desnudo  se va  más Pithecanthropus erectus  uno parece.

 

Publicado por

Vicente Huici

Sociólogo, neuropsicólogo y escritor.

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