He recibido una carta muy curiosa. La ha escrito a mano alguien a quien llamaré,por discrección, JR ,antiguo miembro del Opus Dei y catedrático ya jubilado de Filosofía. En ella me pide disculpas por el daño que me hubiera podido causar cuando era profesor de la Universidad de Navarra y acérrimo militante de la Obra.
Supongo que en realidad me pide perdón por haber formado parte del tribunal que me expedientó en dicha universidad allá por el año 1976 y que concluyó con mi expulsión del recinto universitario …entre el 24 de diciembre y el 6 de enero ( eran fechas propicias para la indulgencia, que no plenaria). Lo que más recuerdo de aquel proceso es el bolígrafo bic que usaba JR para anotar mis declaraciones y las de otros testigos, pues era la época de » bic naranja escribe fino, bic cristal escribe normal…». Por otro lado, en sí mismo, JR tenía un punto entrañable . Como , por ejemplo, cuando en un aparte me comentó que él también tenía necesidades «eróticas»- el personal tenía serias dudas al respecto-, pero que las conjuraba a base de extenuantes sesiones de footing por el campus.
Por lo visto, hace ya algún tiempo que dejó el Opus y , es más , ahora forma parte de una agrupación de ex-miembros de la Obra que se están reivindicando ante ella y denunciando la manipulación a la que , al parecer,fueron sometidos.
Bueno, lo cierto es que no tengo muy malos recuerdos de aquella universidad. Por supuesto, había estudiantes y profesores más ocupados en la captación que en cuestiones académicas. También había algunos sádicos polivalentes. Y otro sí, un petimetre que se calzaba un whisky a pelo antes de perorar sobre Santo Tomás de Aquino ( Yo, ya por entonces, era muy de la «navaja » de Ockham.Pero prefiero rememorar las magníficas clases de Geografía de Alfredo Floristán, la disponibilidad siempre permanente de Ignacio Olábarri ( el único otro «Peli» que conozco) o , incluso, hasta la retórica insuperable de los discursos de Federico Suárez, hombre muy culto a fuer de sacerdote.
En fin, escribiré, también a mano, una respuesta. Absolutoria, por supuesto. Todo el mundo tiene derecho a cambiar aunque cada cual sea de su propia historia y vayamos de sorpresa en sorpresa en el curso de los tiempos. Pues, como cantaba la Orquestra Platería en su «Pedro Navaja«…. sorpresas te da la vida.*
* ORQUESTRA PLATERIA , Pedro Navaja: