El cuaderno gris, la obra magna y más prolijamente reelaborada de Josep Pla a pesar de su apariencia simple y directa, comienza con un apunte del 8 de marzo de 1918 en el que se dice ( traducción de Dionisio Ridruejo y Gloria de Ros): «¡ La familia! cosa curiosa y complicada…»
He recordado estas palabras una y otra vez en medio de estas cenas, comidas y viajes de la Navidad. Ciertamente es curiosa la familia. Por un lado, y como dice también Pla, » tener hijos en forma de incógnita, de nebulosa, tiene que ser muy desagradable», pues ni los padres eligen a los hijos, ni los hijos a los padres. De pronto se está ahí, y de la misma manera que se hereda la forma de la nariz o el color de los ojos, se heredan los deberes y los derechos que tanto irritaban a don Federico Nieztsche.
Y por otro lado es complicada, pues el derecho consuetudinario de ser amado tiene su réplica en el deber del amor incondicional por el que se puede mentir, robar y hasta matar, un amor que tan sólo puede ser también un atenuante cuando el referente es, por ejemplo, la Patria o la Libertad.
Pero no andaban muy desorientados quienes desde diversas tradiciones tildaban a la familia como «célua de la sociedad», pues parece ser cierto que los valores que en ella se aprenden, las formas de relacionarse, los modelos de conflicto asi como los de su resolución, son introyectados en su repetición, en ocasiones mórbida , hasta formar parte de cada uno y de cada una más de lo que se quisiera.
Por ello, quizá, las nuevas formas de familia que hoy vamos conociendo y reconociendo- monoparental, de pareja de hecho, homosexual, de adopción internacional- y las combinaciones de todas ellas con las más tradicionales, pueden ser una buen material de estudio para intentar dilucidar el futuro hacia el que caminamos.
Aunque por ahora acaso sólo se pueda hacer en clave de humor como ocurre en los episodios de Modern Family…tan seguidos, tan criticados y tan alabados.
