El espectáculo de un grupo de padres zumbándose violentamente durante un partido de fútbol infantil (*) debería dar que pensar sobre en qué se está convirtiendo el deporte en nuestra sociedad.
Y no me refiero ya tanto al cambio de modelo que se experimentó hace algunos años , convirtiendo el educado fair play en mera competición; o al acrecentamiento de la dimensión de guerra simulada entre identidades, hasta llegar a la agresión directa o al asesinato. Ni hablo del dineral que mueven las retransmisiones deportivas….
No, no.Me refiero a la aceptación progresiva de una ideología deportivista que legitimando los grandes negocios de la misma práctica deportiva, opera como metáfora de la vida social.
Así, en pocos años hemos pasado de hablar de una actividad moderada y ocasional- como las salidas al monte o el paseo – a un modelo productivo en todos los sentidos, en una lucha contra el cronómetro y la fisiología. Y como la ciencia suele ser la base inconsciente de la ideología del momento, lo que alguna ciencia( ¿acaso la antropología?) decía hasta hace bien poco, que no estando preparados para correr, fue necesario abatir a las fieras cercándolas en grupo, ahora , al albur de otra ( ¿ cuál?) se ha convertido en que no sólo estamos preparados para correr sino que podemos correr más – casi «como si fuéramos cuesta abajo»- en usando determinadas zapatillas de unos 300 €.Y otro sí ocurre con el ritmo de la actividad: hace poco se podía leer en una revista especializada que con 150 minutos a la semana, repartidos como fuere, era suficiente para mantenerse en forma …Siempre que se usara la ropa, medias de compresión y ( otra vez) las zapatillas adecuadas…
Y, por si fuera poco, y los argumentos sobre la salud individual permeados comercialmente no fueran suficientes, desde determinadas instituciones supuestamente sociales, se nos abronca uno y otro día, indicándonos que nuestra salud sale muy cara y que , como continuemos así (¿ cómo?), ya no nos van a atender más.
Así que , en este ambiente deportivista que no deportista ,en que se trata a los niños y niñas como peones de ajedrez de un juego de mayores frustrados o de delirantes enfervecidos (pensando que les va a salir un Messi en cualquier momento), no es de extrañar que la sangre llegue también a las gradas. En realidad estos padres desmadrados no están enseñando a sus hijos más que lo que ven una y otra vez en la televisión: Competir hasta morir…En el deporte y en la vida. Pues ¿cuánta gente piensa que el deporte no es sino el simulacro de la vida?
(*) EL VÍDEO:
https://www.youtube.com/watch?v=J-aTFFBojpk