El 16 de junio de 1977, a las ocho y veinte de la tarde, me encontré en la calle Descalzos de Pamplona con K que me dijo que acababa de expulsar a todo el Comité Provincial de su partido a la vista de los resultados electorales. Un poco más tarde, a eso de las diez, me enteré de que el asunto no había sido exactamente así, pero no le dí mayor importancia porque aquellos llamémoslos reajustes eran muy frecuentes entre quienes, como yo, militábamos en grupúsculos que se escindían y reagrupaban sin cesar, y sobre los que todavía nadie se ha atrevido a escribir un artículo global en la Wikipedia.
Este , digamos, solipsismo político llegó a ser un tanto esperpéntico por el deseo omnipotente de mantener una ortodoxia y una organización más atenta a concelebrar una y otra vez su existencia que a ejercer algún tipo de influencia social y condujo , casi de inmediato, a un largo periodo de desencanto y a recolocaciones del personal antes implicado en las posiciones más variopintas- recuerdo a un colega que , aplicando el marxismo-leninismo pensamiento mao-tse-tung, se hizo con la Presidencia de una potente Cámara de Comercio.
El siempre lúcido Jordi Gracia se desplegaba hace poco con un artículo de fondo titulado «La Transición trágica» en el que entre otras muchas cosas decía que » la Transición constituyó una traición sangrante, despiadada, a aquellas juventudes revolucionarias…que habían construido un programa de futuro sin contar con una población …real, cuantificable,que votó masivamente a Adolfo Suarez.. «y devoraba con fervor las novelas del franquista nostálgico Fernando Vizcaíno Casas. Pero, por otro lado, el no menos lúcido Joaquín Estefanía Moreira- antiguo colega de la revista El Cárabo– apuntaba, también la semana pasada, que el 67 por ciento de la población juvenil actual se situaba muy a la izquierda de la socialdemocracia.
Si esto último es así- y no una nueva fantasía buenista- la pregunta que nos podríamos hacer es :¿Se sentirá traicionada también esta juventud en el futuro ? The answer, my friend, is blowin’ in the wind…