Pío Baroja ( 1872-1956)
Trasteando en la biblioteca con las persianas bajadas para combatir esta repentina canícula, me he equivocado de libro, y del que he sacado – una vieja edición de Las inquietudes de Shanti Andía de Pío Baroja- se ha desprendido una ficha de lectura que he estado luego leyendo a la luz de una lámpara.
La ficha decía: “Los motivos que animan a aquellas y a aquellos que se dedican a la escritura, las razones que han fundado sus prácticas, proceden de lógicas diversas pero no infinitas. El rasgo que une, quizás, a la mayor parte de ellos es una inmensa necesidad de reconocimiento y consideración. Desde ese punto de vista, se puede plantear la hipótesis de que la <elección> de la escritura no es determinante y que el compromiso con otra práctica artística, si las condiciones objetivas lo hubieran permitido, hubiera adquirido un sentido prácticamente idéntico” . Se trata de un texto del sociólogo C. Poliak , publicado en el 2006 y que lleva por título “Prácticas profanas de la literatura: un estudio de caso en la sociedad francesa”.
He dejado la ficha sobre la mesa, he apagado la lámpara y me he quedado meditando sobre esas palabras. Y me he acordado de otro libro, La preparación de la novela de Roland Barthes- libro que siempre cito porque me parece de obligada lectura para el personal lletraferit. En este libro poliédrico, hay un momento en el que Barthes habla de la renuncia a lo que denomina » la libido social» cuando se abandona una práctica artística ( hoy en día yo también añadiría » y/o deportiva») , pero , a continuación, en una operación pseudo-psicoanalítica, jugando con «El Yo Ideal» y el «Ideal del Yo», reivindica de ese tipo de prácticas como formas alternativas de socialización.
Y he concluido que para quienes tenemos introyectada esta curiosa forma de relacionarnos – «ser amado por algunos, pero de lejos»- aun siendo compartida y compatible con otras, siempre será la más importante, a pesar de que sepamos, como bien apuntó, por cierto, Pío Baroja, que en muchos casos nos arriesgamos al todo o nada como en la ruleta rusa…
«Ser amado por algunos, pero de lejos». Curiosa manera de definir a un lector de tus propias obras.
Es una frase de Roland Barthes, en su «La preparación de la novela», una obra , para mí ,clave para quien tiene inquietudes literarias. Un cordial saludo Antonio.