«Universidades , un ver si caes » decía un amigo de la adolescencia hoy convertido en escritor prestigioso y reconocido.
Y aunque él se refería a su apuesta por la autonomía intelectual – que le ha dado algún que otro disgusto pero muchos éxitos – yo recordé ayer la frase durante el paseo por el Campo Volantín que di en compañía de Mikel.
Yo acaba de volver de un Congreso universitario en Salamanca y él aprovechó para devolverme el libro de José Carlos Bermejo Barrera, catedrático en Santiago de Compostela y titulado Rectores y Privilegiados.
Como yo ya venía motivado ( o desmotivado por lo que en su momento comenté) me hice cargo inmediatamente de una frase que tenía subrayada y que me leyó:» Sin ningún apoyo legal,sin ningún acuerdo institucional global, la pedagogía más roma de orientación conductista ha conseguido apoderarse de toda la Universidad gracias a su apisonadora verbal del juego de las competencias…»
» Ya» le he comentado sabiendo que a él le espera por lo menos una década. » Pero algo habría que hacer contra tanta tontería que además cada vez sale más cara a las familias…Pues ya no vale para mucho cursar un Grado si luego no haces un Master que cuesta el doble…».
«¡ Qué te voy a contar! Igual ya sólo queda resistirse como antiguos quintacolumnistas o entristas trotskistas…o , simplemente, como funcionarios conscientes que diría Bourdieu, ya que los políticos ( y las políticas of course ) se han tragado sin rechistar este nuevo y pos-moderno Caballo de Troya…».
» Pues nada,¡ márcate un buen powerpoint con el tema… que si no te dejarás alguna competencia en el tintero!» Y hemos estallado en una carcajada, que es lo que se puede hacer cuando se está a punto de llorar. Así que sí: «Universidades, un ver si caes…»
Y nos hemos ido hacia el funi para ver si en Artxanda se nos despejaba un poco la murria…