Ayer, mientras desayunaba, leía un probo artículo de un probo ex-profesor y ex-político, a fuer de culto -eso nadie lo puede negar- en el que centraba la crisis política pertinaz que nos acosa en la elusión progresiva del » Estado de Derecho».
En principio parecía que se refería a un estado liberal avanzado que más bien se remitiría a un Estado de Bienestar en el que dicho bienestar ,más allá de cubrir derechos fundamentales como los relativos a la salud, a la enseñanza o a la vivienda, podría incluso atreverse a sostener una renta básica universal que se percibiría por el mero hecho de formar parte de la ciudadanía.
Pero, al cabo, se mostraba claramente que no era así. Pues la argumentación se iba afilando progresivamente, y la ciudadanía perdía su lengua y su sentimiento de identidad, convirtiéndose en un ente abstracto pseudo -republicano, tan abstracto como el Estado que se reivindicaba, que ya no era exactamente » de Derecho» sino un Estado «a secas». Esto último se evidenciaba en una cita sottovoce muy a lo Max Weber – » pues es el Estado quien tiene el monopolio legítimo de la violencia»- aunque se reclamaba explícitamente del buenismo impertérrito de don Manuel Kant.
Aún así esta mención kantiana me reveló la figura escondida del egregio G.W.F. Hegel, aquel listo que escribió de todo lo habido y por haber y que dijo en su Filosofía del Derecho: » Todo lo que el Individuo es se lo debe al Estado. Se podría decir que el Estado es el fin y el Individuo su medio, pero con ello no se podría resumir la magnitud de la implicación, pues el Estado es sin duda lo Divino sobre la Tierra».
Supongo que sustituir el Estado por el Estado de Derecho que a su vez resulta un Estado de Bienestar que se está convirtiendo en un Estado de Desecho merecería una respuesta, pero yo ya no estoy para estas lides y me conformo con escribir algún que otro haiku de vez en cuando…