La mirada triste y perdida, unos labios que pretenden esbozar una sonrisa , esos pómulos demasiado marcados, la nariz grande y pesada…Es el retrato de Carlos IV que pintó Francisco de Goya en 1789 y que se puede contemplar en la magnífica exposición del Museo de Bellas Artes de Bilbao.
Fecha aciaga aquella de 1789, para un Borbón más que reinó pero no gobernó. Considerado como de muy pocas luces por su padre Carlos III , se dejó llevar entre válido y válido, entre Floridablanca y Godoy, hacia delante y hacia atrás de su tiempo histórico, cediendo ante quien le pudiera mantener en el trono. Mientras tanto se dedicó a su gran afición: la caza. Contaba , de hecho, con una amplia colección de armas, teniendo a su servicio a los mejores armeros del país. Salía a cazar todos los días a la una del mediodía y no regresaba al palacio hasta el anochecer. Su afición llegó hasta tal punto que le apodaron «El Cazador». Su mujer – y prima – María Luisa de Parma estuvo embarazada en veinticuatro ocasiones pero, según dicen , nunca de él. Aún así sobrevivieron siete descendientes, uno de ellos el luego célebre Carlos María Isidro, conde de Molina y Duque de Elizondo, fundador del carlismo y pretendiente al trono de España.
Al final , en 1808, acosado por propios y extraños, incluida su mujer , abdicó en su hijo Fernando ( VII) que poco antes había intentado destronarle , y ,luego de avatares varios, murió en 1819 en Nápoles, la tierra que le vió nacer tras un doloroso y definitivo ataque de gota…
Pero esa mirada triste y perdida, esos labios que pretenden esbozar una sonrisa , esos pómulos demasiado marcados, esa nariz grande y pesada…¿ no recuerdan y mucho a un reciente rey, Borbón y español?
Fueron quienes iniciaron la usurpación territorial y derechos vascos, ante la necesidad de crear una flota naval que compitiera con la inglesa. Buscaron los bosques de robles de la actual Cantabria llamándola «Montaña de Burgos» como astillero y puerto de Castilla. Esta flota naval sucumbió después en Andalucía contra los británicos Trafalgar en 1805.
Hasta entonces Santander (Sant Ander) así está escrito en cartografía de los anteriores reyes Austrias y textos de la época donde es territorio de Bizcaya ( «Averiguaciones de las Antigüedades de Cantabria» del Gabriel de Henao 1691 o libro de Juan de Oña «Ignacio de Cantabria» 1639) en ella aparece Bizcaya, Alava y Gipuzkoa. Santander no ya que era Bizcaya. En el muy famoso «libro del Buen amor» siglo XIV aparece escrito Sant Ander (actual Santander).
En 1833 se hizo oficial Santander como provincia de Castilla la Vieja y de inmediato se iniciaron las guerras «carlistas» donde su sobrino Carlos Maria Isidro para ser coronado como Carlos V de España, ofreció a los vascos recuperar este territorio a cambio de su ayuda contra los partidarios de su sobrina la niña de 3 años, reina Isabel II.
El resto es historia Borbona-hispana, ya que la Borbona-gala nativa fue exterminada.
Muchas gracias por su aportación. No obstante hay que precisar que Carlos María Isidro era hijo – y no sobrino- de Carlos IV y , por lo tanto, hermano de Fernando VII.
¡Duque de Elizondo! Nunca oí por aquellas preciosas tierras del Baztán, en las que pasé 12 años todos los fines de semana- que se hiciera ningún comentario al respecto. Siempre se aprende algo al leerle don Vicente.
Totalmente de acuerdo con el primer comentario
Gracias también por la corrección.
Sobre los atributos y deformaciones sexuales de esta saga familiar ,da para otro capitulo.
Bien corregido gracias.
Además hay que indicar que Napoleón conocedor de las tropelías de estos monarcas contra los vascos, (al contrario de los anteriores de la casa de Austria), pretendía en su incursión de 1808, hacer un nuevo Pais Vasco integrado y unido.