Para alguien , como quien suscribe, que se dedicó en tiempos a la lucha por la consecución de fines estratégico-metafísicos (subsumidos todos bajo la bandera de La Revolución ) los aspectos táctico-físicos no han dejado de tener cierta vigencia.
Y, por ejemplo, la lucha mantenida contra el entorno familiar en pro de la utilización del pantalón largo permanece como rasgo indeleble de una primera liberación.
Tal es así que me resulta incomprensible la creciente utilización del pantalón corto en el variado concurso de las esferas sociales, en el que pueden apreciarse diversas manifestaciones, desde el pantalón-pirata hasta el corto-cortísimo que amorcilla las nalgas, pasando por las bermudas de longitudes algorítmicas.
Soy consciente de que los menores de cincuenta considerarán esta cuestión banal y hasta esotérica ( si es que saben lo que quiere decir este palabro) pero me da que puedo proponer una explicación.
Pues, ¿ en qué momentos nos era permitido a esta generación perdida la utilización de aquellos pantalones cortos por lo general azules y sin matices ( o de aquellos púdicos pololos oscuros y bamboleantes ? Sí, querido lector, querida lectora, que hasta aquí has llegado: en las clases de gimnasia o en la práctica rudimentaria del fútbol o el baloncesto.
De lo cual se ha de deducir que el actual pantalocortismo no es sino una manifestación del Espíritu Deportivo General que nos informa y que nos quiere siempre preparados ( y preparadas) para la carrera, el salto y, en ocasiones, el salto del tigre ( o de la pantera.
Lo cual que a mi me resulta cansino pues ya no estoy en edad productiva ni de merecer y , otro sí, incomprensible al ver pasar abueletes renqueantes a velocidad media , y/o gentes de media edad enfundadas desde la mañana en pantalón corto y camiseta…y calzando un a modo de sandalia que antes era tan sólo atributo de los severos franciscanos- pero este y el de las camisetas ( antes tributo de la working class) son tema para otro día…
Pertenezco a la generación en la que era obligatorio utilizar el pantalón corto hasta los 14 años. Tal cual, don Vicente