En su largo y entretenido Diario ( 1941-1994) ,el escritor portugués Miguel Torga se muestra muy escéptico ante el movimiento de los capitanes que en abril de 1974 destituyó al gobierno dictatorial de Marcelo Caetano.
Torga recela de un ejército que había sido la columna vertebral de la dictadura desde Oliveira Salazar y que, en su opinión, no era muy de fiar en sus intereses últimos. La figura del general Spínola, nuevo presidente, le parece por otro lado, bastante siniestra, a pesar de tener al pro-comunista Vasco Gonçalves por primer ministro.
Pero lo cierto es que, según los historiadores, la República de Portugal vivió un breve periodo revolucionario entre aquel abril de 1974 y noviembre de 1975. Un periodo de libertad de prensa, asociación y manifestación, de extinción de la policía política (PIDE), de liberación de los presos y retorno de exiliados y, entre otras tantas,una radical reforma agraria…Todo ello bajo la tutela del COPCON, un a modo de policía revolucionaria dirigida por el comandante Otelo Saraiva de Carvalho .
Pero, como se ha comentado, en noviembre de 1975, otro grupo de militares, más conservador, decidió acabar con todo aquello asumiendo la consigna de » COPCON, nova PIDE», y dando paso a sucesivos gobiernos liberales y socialdemócratas que revirtieron o recortaron la mayor parte de las reformas.
Miguel Torga no se alegró por aquel nuevo rumbo que, en realidad, no le sorprendió…Y entretanto, el 20 de aquel mismo mes de noviembre de 1975 se dio por muerto al dictador español Francisco Franco, generando grandes expectativas de cambio político a pesar del repetido » atado y bien atado»…