…Pero quedará el recuerdo de la mirada de mis estudiantes…
La mirada sorprendida ante una imagen desconocida, otra, afilada al escuchar un argumento nuevo, otra más encendida al sentir el eco interno de una discusión, e incluso aquella adormecida por el sueño y el cansancio…
Ya me lo había dicho un catedrático a punto de jubilarse: » Cuando en los claustros escuches mentiras como puños, cuando las reuniones de Departamento se transformen en luchas de gallos o gallinas, cuando te aprieten las tuercas indignamente con la última reforma universitaria, cuando te exigan publicar más de lo que quisieras para legitimar un capital simbólico ajeno, cuando tomando un café tan sólo te llegue una queja colectiva sobre el nivel del alumnado…Tú, recuerda siempre la mirada viva de tus estudiantes, sobre todo la de aquellos y aquellas para quienes fuiste algo más que un profesor répéteur » …
…Y sí, la mirada de los estudiantes…que al alba ya confundo con la mirada de algunos de mis viejos profesores…
¡Pero hombre don Vicente, vuelvo de mi periplo vacacional de lecturas y le encuentro, de nuevo, por estas lides! Pensé -evidentemente de forma equivocada- que se había retirado de contar sus paseos por Abandoibarra y demás ¡Sea usted bien venido!
Pues sí…Hasta que el cuerpo y la mano aguanten…Gracias.