Tengo que comenzar diciendo que a mí la MTV y sus premios ni me van ni me vienen.
De hecho, durante los días que han durado los » eventos » no he apreciado grandes cambios en la cotidianeidad ciudadana y todo lo más me he ido informando sobre lo que ocurría por mi hija y alguno de mis sobrinos.
Pasada la efervescencia, me he ocupado en contemplar la incidencia de lo acontecido en los medios habituales.
Las televisiones ,sobre todo las locales,han sido más bien parcas, acaso por mor de la competencia. Los periódicos ,sobre todo algunos, han derrochado cifras y valoraciones.
Entre las primeras, las astronómicas relativas al valor de la paleta de maquillaje de Janet Jackson o los millones de » impactos» en las redes sociales.
Entre las segundas, las agradecidas de las autoridades…y las no tan agraciadas de otros grupos afectados o afectables. Así, los taxistas, ninguneados, según dicen, por los transportes privadísimos. O los comercios, que apenas si se han enterado. O los hosteleros, que salvo los ya famosos no se han jalado rosca . O, incluso, los hoteleteros que han comentado » que no ha sido para tanto». Otro sí, el complicado y en ocasiones arbitrario sistema utilizado para la obtención de entradas. Por no hablar de los currelas contratados a 6 euros la hora – diez horas de trabajo – o los » coros y danzas» autóctonos que figuraron de figurantes, a 40 o 60 euros en total …
Any way, eso sí, la imagen de la ciudad ha logrado » posicionarse «, lo cual que » y me parece bien» que diría Giuseppe Tomasi di Lampedusa por boca de El Gatopardo.
En tiempos pasados , que no lejanos, se acuñó la expresión «glocal» de fácil comprensión . Quizá sería necesario rescatarla para evaluar de nuevo su significación y restaurar, acaso, el equilibrio entre lo local y lo global.
Así se evitarían malas resacas…