Es verdaderamente curioso cómo cambia el significado de algunas expresiones. Hoy , durante el paseo matutino, entre un delicioso viento sur, me ha dado por meditar sobre » colocarse».
En mi adolescencia, «colocarse» significaba la aspiración lograda a tener una trabajo fijo, lo que era consustancial mayormente con una ,digamos, incrustación institucional. «Se ha colocado en la Diputación» solían decir algunas madres orgullosas refiriéndose a sus hijos y aludiendo a su futuro laboral definido y despejado.
Un poco más tarde, pero no mucho más , ya en plena juventud, por influencia de la extraña mezcla de hippismo , rock-and-roll y nouvelle vague a que fuímos sometidos ( algunos y algunas), » colocarse» pasó a significar más bien un descoloque espacio temporal conseguido generalmente por medio del hachís que había sustituido, en plan ( como se dice ahora) alternativo al castizo alcohol en forma de vino , o como mucho de gin-tónic o cubata ( lo del kalimotxo tardaría todavía en llegar, y más aún el brown sugar, o el caballo.
Me pregunto, a la vuelta del camino, cuál será la siguiente acepción, pues, claro , las madres ( y los padres , of course) ahora, en puridad, ya no podrían decir inocentemente lo de » Se ha colocado en la Diputación», sin recibir una ambigua sonrisa…