En una página de su dietario Notes disperses, Josep Pla hace una breve glosa de Ramiro de Maeztu. Lo más novedoso de todo lo que comenta Pla, es la adscripción de Maeztu a la izquierda política, antes de que, en un giro de ciento ochenta grados, viniera a convertirse en uno de los adalides de la derecha española más nacionalista y recalcitrante.
Para quienes sólo conocían el nombre de Maeztu vinculado al santoral franquista, las revelaciones de Pla pueden haberles resultado sorprendentes. Pero para quienes simplemente se dedican a observar la evolución ideológica – y política – de algunos de su congéneres, sólo serán un motivo de sonrisa.
En efecto, son muchos los que, posteriormente, han seguido el recorrido de Maeztu. Entre los más conocidos se puede citar a trotskistas reconvertidos en presidentes de cámaras de comercio, a ex-maoístas revenidos en abogados de mafiosos, a centristas muy del centro revividos como nacionalistas no españolistas o, por fin a antiguos «terroristas» ahora dedicados a la política internacional… Pero la nómina se agrandaría notablemente si se incluyera a todos los de a pie que pululan por ayuntamientos y ministerios.
En casi todos estos casos, la deriva de la evolución ideológico-política específica acaba por ser el adjetivo de una forma de ser sustantiva: por lo general se ha pasado de un integrismo de un signo a otro de otro signo, con armas y bagages ( como diría Cayo Julio Cesar)…pero se continúa siendo integrista. O sea, autoritario y principista. Probablemente, a partir de aquí, sólo habría lugar para una explicación psico-social : algunos ( y algunas, of course ) ya se gastaron sus duros en los oportunos psicoanálisis.
Y, quizá, también sería ocasión, en algunos casos, para la risa, si no fuera por los muertos físicos y metafísicos que se llevan por delante algunas conversiones que, como se ha visto, en realidad no son tales, sino variaciones sobre el mismo tema ( que suele ser El Yo y sus Circunstancias.
Si hablamos de «algunas conversiones» estoy de acuerdo don Vicente, si es en general, no. Hay de todo, como en botica. La de Roure no es manca. La de Jon Juaristi, tampoco. En cuanto a los adjetivos que dedicaba don Josep a los políticos españoles basta leer su «La Segunda República Española» y como califica, sobre todo, a don Inda. Se despacha a gusto.
Por supuesto, no se puede ni se debe generalizar. Ha habido quienes, con los matices históricos oportunos, se han mantenido más o menos fieles a su perspectiva ideológica sin oportunismo…Y ,curiosamente en el texto original figuraban algunos casos que citas. Gracias y muchas, como siempre, por el comentario.
Posterior a Maeztu, ya en la transición, a algún personaje de larga trayectoria política y no en el exilio, se le calificó como “genio del transformismo político”.
Gracias por su comentario .
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