( 2001:una odisea del espacio, Stanley Kubrick, 1968)
Por motivos familiares que no vienen al caso, he reconvertido algunos de mis paseos urbanos – que me siguen gustando mucho – en paseos , digamos ,naturalísticos.
Así que ahora me voy de vez en cuando por veredas poco transitadas, en ocasiones cubiertas de densas copas arbóreas o a pelo por campos con sonidos lejanos de esquilas y ladridos perdidos en la niebla
Suelo cruzarme con poca gente, pero ya sean jóvenes arriscados o jubilados renqueantes, si van solos siempre saludan, perdiéndose esta pauta en llegando a los primeros caseríos, donde ya no saluda casi nadie salvo algún que otro paisano ( o paisana, of course) asomado a la ventana.
Y como uno no puede dejar de ser lo que es aunque ya no ejerza, cada vez que recibo un saludo de un desconocido me apresuro a responderle porque sé, como explicó Flora Davis en su momento ( La comunicación no verbal ) , que es el saludo una pauta antropológica general básica que indica la intención inicial de no agredir, algo ciertamente importante en el encuentro con otro simio superior en medio de la naturaleza Al respecto se me ocurre recordar lo duro que resulta retirar a alguien el saludo…Y cuánto más que nos lo retiren.
Por lo demás, también he comprobado que el personal lleva mayormente un bastón elemental ( a veces un simple palo ) o una makila historiada, supuestamente para ayudarse a caminar más cómodamente…No sé ,ya no me quiero pasar de interpretaciones porque me colocaría en el aquella famosa escena del comienzo de la película 2001:una odisea del espacio.
Pero , por si acaso , voy a pedir una ( makila ) a Olentzero y Mari Domingi, a Santa Claus y a los Tres Reyes Magos… A ver si alguno acierta…
Una lanza o una alabarda también ayudan a caminar, y son polivalentes 🙂