La polémica sobre el proyecto de construcción de un gran edificio multiservicios – de ocho plantas y cinco sótanos- en la parcela que actualmente ocupa la Escuela de Magisterio diocesana, en pleno centro del barrio bilbaino de Abando, se ha ido poco a poco aclarando.
Y tanto más tras la reunión mantenida entre el Obispado de Bilbao,impulsor de la obra y la representación de la plataforma vecinal Abando Habitable, con la presencia del Ayuntamiento,en la que quedó claro que la Diócesis no ve factible modificar su proyecto «debido a razones económico-financieras», ya que de la venta de casi la mitad del nuevo edificio sacará un -y probablemente legítimo – pingüe beneficio.
La reciente comparecencia de las autoridades municipales correspondientes , también ha puesto de manifiesto, en consonancia con lo anterior, que la recalificación de la parcela mencionada que llevó a cabo el Ayuntamiento bilbaino, reconvirtiendo el «equipamiento docente» en «otros equipamientos»,perseguía el mismo motivo económico que no había sido logrado por el Obispado cuando presentó el anterior proyecto para la misma parcela, consistente en construir un similar edificio pero para viviendas de lujo.
Visto que las entidades privadas implicadas -Obispado de Bilbao, Contrucciones Murias y mútua Mutualia- no defienden, ni acaso pueden ni deben defender, el patrimonio ni el interés público, corresponde a las instituciones políticas afectas defenderlos, y a poder ser con mayor perspicacia que la mostrada, al menos en este caso, por el Ayuntamiento de Bilbao.
En este sentido, es de esperar que el Gobierno Vasco, máximo garante de nuestro patrimonio, valore positivamente la solicitud de incoación de expediente presentada por los profesores Joseba Agirreazkuenaga y Javier González de Durana (1) en la que se argumenta sobradamente sobre la necesidad de conservar el espacio urbano de esta parcela de Abando que, diseñada y residiseñada por famosos y reconocidos arquitectos entre avatares históricos varios, ha sido desde 1907 un lugar de reencuentro y memoria colectiva bajo el signo de sus dos imponentes y centenarias palmeras…
Queda claro. Gracias por seguir divulgando este tema.