El debate había sido muy intenso pero ya había declinado. El moderador de la mesa dio entonces la palabra a alguien situado tras de mí .Una voz alta y clara dijo con cierto tono socarrón : «Pues yo creo que el fenómeno del 15-M es lo más interesante de todo lo que ha ocurrido en los últimos años de democracia» . Me volví hacia atrás y lo reconocí :era Salvador Giner con su peinado desaliñado y su tweed inevitable.
Yo estaba invitado a uno de los coloquios sobre Sociología de la Cultura que tan eficazmente suele organizar el profesor Juan Antonio Roche en la Universidad de Alicante , de manera que al finalizar la sesión me presentó a Giner. En realidad ya me lo habían presentado varias veces a lo largo de otros tantos Congresos, pero siempre había sido en un ambiente multitudinario.
En esta ocasión me tocó cenar junto a él. Contra lo esperado, entre plato y plato no estuvimos hablando de Sociología sino de Literatura y sobre todo de Pío Baroja y de Josep Pla de cuya obra era un gran conocedor.
Al despedirnos le comenté que ya hubiéramos querido tener en Euskadi alguien que escribiera en euskera un Quadern Gris como lo había hecho Pla, aunque hubiera sido también un anarquista de derechas, tal que el solitario del Ampurdán
A partir de ese día tuvimos una relación muy fluida, mostrándose sobre todo muy interesado por mis pequeñas aportaciones a la difusión de la Neurociencia Social que comenzaba a despuntar y que él contemplaba como algo muy sugerente.
Salvador Giner ha muerto a los 85 años en medio de una revuelta ciudadana para la que sólo contemplaba una solución federal aunque él se consideraba un independentista.
La mayoría de las necrológicas han destacado su trayectoria como teórico e investigador , desde sus estudios en Alemania con René König, hasta los realizados en Chicago con Edward Shils, Hannah Arendt y Daniel Bell. Y también su carrera académica en las universidades de Reading, Lancaster y Brunel West London en el Reino Unido , así como el retorno a España en 1998 al Instituto de Estudios Sociales Avanzados, y después, su desempeño como catedrático de Sociología de la Universidad de Barcelona.
También se han hecho eco de sus numerosas publicaciones, destacando obras como la tantas veces reeditada Historia del pensamiento social, o su Sociología, tan ambiciosas como multidisciplinares, por aquel su intento permanente de que el pensamiento sociológico se nutriera de la Filosofía, la Ética o la Antropología.
Pero yo prefiero quedarme con aquella voz que surgió por detrás en aquel coloquio, apuntando certeramente hacia la observacion de la actualidad. Una voz que espero que me acompañe siempre: la voz de un gigante sobre cuyos hombros se puede atisbar mejor el futuro…