Entre las reacciones no vinculadas al mundo electrónico- que por otro lado no cesa de hacer circular mensajes, memes, chistes y un streaming sin fin de ejercicios, bailes o karaokes – sobresalen estos días de confinamiento otras actividades insólitas, por lo que tienen de inhabituales y hasta de sorprendentes.
Así, los aplausos colectivos a las ocho de la tarde para agradecer el esfuerzo de los trabajadores y trabajadoras del mundo sanitario. O las canciones a viva voz desde los balcones , pudiéndose escuchar desde algunas muy tradicionales, hasta arias de opera, pasando por himnos nacionales o , por ejemplo, ¡la Internacional! Y también las caceroladas y pitos multitudinarios ante la corrupción cada vez más evidente de la Casa Real Española que, de nuevo, se ha puesto en evidencia en estos días aciagos…
Todas estas manifestaciones que se muestran cara cara, entre ventanas iluminadas y sobre calles vacías, evocan un sentimiento comunitario que se resume en su misma necesidad catártica de reconocimiento inmediato, superponiendo a la distancia obligada y programada ,los puentes directos de las manos y las gargantas, conformando una unidad momentánea y frágil, pero unidad al cabo: todo ello recuerda y mucho a las mejores escenas de Tierra de ángeles , un film de 2004, dirigido por Kay Pollak y protagonizada por Michael Nyqvist.
Y trae a la memoria también aquella definición que el sociólogo alemán Ferdinand Tönnies (1855-1936) hizo de la «Comunidad» (Gemeinschaft) como el tipo de asociación humana en el que predomina la voluntad natural, frente a la «Sociedad» (Gesellschaft) en la que, en cambio, lo asociativo está vinculado y condicionado por la voluntad racional.
Esperemos que algo de esta «voluntad natural» humana que está dando tantos ejemplos de heroicidad muda en estos tiempos oscuros- y frente a algunos insolidarios probablemente por inconscientes- pueda mantenerse cuando escampe y volvamos a salir a la calle…
“Resurgir de la comunidad..”.bellas palabras que fueron cimientos de la Grecia clásica y luego de la llamada civilización occidental, como opuesto al egoísmo, al ‘panzismo’ y al totalitarismo.
«y frente a algunos insolidarios probablemente por inconscientes». Yo creo que la cosa es mucho más sencilla don Vicente. Desengáñese, pura y simplemente una parte de la sociedad está compuesta, la componemos, por auténticos piraos. Es simplemente mirar a tu alrededor.
Gracias por el comentario. Esperemos que algo de este espíritu perdure una vez pasada la tempestad..
Pues sí, y tal que se está poniendo en evidencia. Por ejemplo, hay un tipo que todos los días se baja un rato a un banco que hay en un pequeño jardín frente a mi casa, se fuma unos cuantos cigarrillos y hace varias llamadas telefónicas…Y cuando se cansa , se pierde entre calles – hoy hasta ha desayunado en el banco…Por cierto, la presencia de los denominados cuerpos policiales ,sin especificar más, brilla por su ausencia…