Tras el confinamiento y la desescalada, cuando la atención de la opinión pública está siendo dirigida hacia el control puntual de la pandemia y el problemático comienzo del curso escolar, el movimiento de pensionistas ha irrumpido de nuevo en la calle ordenadamente.
Según sus portavoces, han vuelto para insistir en sus reivindicaciones – y sobre todo en la de la pensión mínima de 1080 €- pero también para reclamar que se estudie a largo plazo todo lo relativo a las prestaciones a la tercera edad ,bien sean económicas, sociales o sanitarias.
Este último aspecto, ya apuntado desde el principio, ha tomado cuerpo ante los rumores catastrofistas, las vacilaciones presupuestarias y la crisis de mortandad surgida en las residencias.
Que un movimiento como este vuelva a desplegarse por las calles en una situación en la que llegan continuas noticias de EREs – que no ERTEs – despidos masivos y propuestas de rebajas salariales, y que lo haga con una perspectiva estratégica y no desde el tacticismo carpetovetónico de la cuenta de la vieja, es una buena noticia para cualquier demócrata que sabe que la democracia tiene muchos niveles de expresión y no los únicamente políticos que tanto gustan a los tecnócratas.
Y que lo hagan gentes de largo recorrido laboral y muy curtidas en la lucha social desde finales del franquismo, es una buena muestra de que la memoria histórica, si es que existe como tal, no es una mera reivindicación por el reconocimiento de algunos muertos y muertas del pasado, sino una apuesta permanente por quienes están muy vivos y con un futuro por delante.
Si partimos de la premisa de «poder vivir sin trabajar y cuanto mas ganemos mejor,» pues muy bien.
Pero la situacion actual es debida tambien a nuestra propia accion en los tiempos en que para cobrar una buena pension habia que hacer una buena cotizacion.
Cuantos de estos manifestantes que reclaman estos 1080 euros al mes, no se manifestaban hace 40, 30, 20 años para que sus cotizaciones fueran revisadas y poder haber tenido como resultado una mejor pension.
Yo me acuerdo como, jubilados o prejubilados, con menos de 50 años amigos mios se «descojonaban» de nosotros y nos decian que ellos cobraban mas que estando trabajando.
AHV, AURRERA, NAVAL, EUSKALDUNA, la BALKO, la dame solomillo que mi marido trabaja en la «GENE», en fin.
Yo estoy de acuerdo que suban la jubilacion a todo el mundo, pero a todo el mundo jubilado a los que cobran 1, 2 , tres o cuatro a todos. Pues eso de que unos coman solomillo toda la vida y otros no lo puedan comer nunca, pues como que no.
Yo siempre he dicho que la unica y verdadera injusticia es que las Viudas cobren el 52% (o algo asi) de lo que cobra su marido y ademas nunca dos pensiones en la misma unidad familiar, solo una la maxima hay que VIVIR bien pero cobrar mas para poder ahorrar pues como que no.
Gracias por su comentario.
Me da que el tema de los viejos (me incluyo) es un tema al que ningún partido quiere hincar el diente de forma seria. Hay mucha demagogia, mucha pero que mucha. Menos mal que en España existe algo, eso que llamamos familia, que tapa y soluciona tantos problemas. Aquí en Euskadi se está alentando el movimiento de los pensionistas desde todos los ángulos por una sencilla razón, el déficit de las pensiones en Euskadi supera al costo total de Osakidetza y eso, lo paga «Madrizzzz». Desde la posición del que ha cotizado 49 años ininterrunpidamente pido que se eche una buena pensada sobre todo lo que concierne al sistema de salud, pensiones y subsidios si queremos que el sombrajo no se venga abajo. Sólo se reforma lo que se quiere conservar.
«Sólo se reforma lo que se quiere conservar». Me quedo con la frase final. Gracias por el comentario.
TXABIS, estoy casi seguro de que esos que tu dices, que haberlos haylos, no estan en las manifestaciones. De la misma forma que, aunque te resulte extraño, conozco políticos honrados.
D. Vicente, yo vuelvo a insistir, y lo siento, cuando la Sra. Consejera se plantea bajar los salarios para evitar despidos, no es difícil prever que para evitar déficits las pensiones serán las primeras a recortar, luego vendrían los funcionarios (no políticos, off course) y después, ya, si eso, todo el que pase por ahí y tenga una nómina.
Pero lo hacen todo por el «bien común», porque la pandemia nos ataca a todos (aunque, como siempre, a unos más que a otros). Ya sabemos que todos somos iguales ante la pandemia y ante la ley, pero siempre unos somos más iguales que otros.
Como siempre, magnífico artículo, D. Vicente
Muchas gracias por su reflexión…