Uno de los efectos colaterales de la pandemia del COVID-19 ha sido la extensión imprevista del tele-trabajo.
Anticipado desde los parámetros futuribles , es muy probable que el tele-trabajo se vaya a implantar fundamentalmente en el sector terciario, de gran importancia en nuestra sociedad incluso por su vinculación digital con los sectores agropecuarios e industriales.
Pero , asimismo, el tele- trabajo va a servir de punta de lanza en la instauración de una relación laboral que ya no se va a sustentar en la articulación espacio- temporal disciplinaria ( tan acertadamente caracterizada en su momento por Michel Foucault), sino en un criterio algorítmico de productividad. Todo ello en consonancia con la nueva figura de individuación psico- social – el zoon elektronikón– que ha generado la revolución de las TIC`s y las redes sociales.
Por todo ello, será inevitable una profunda discusión sobre esta nueva variedad de relación laboral, pues, más allá del criterio de productividad consensuado, será complicado definir las circunstancias productivas, el desglose y cobertura de los gastos que se aduzcan -¿ quién debe pagar el hardware, software o la conectividad? – así como las coberturas socio-sanitarias.
La prueba de la necesidad de abordar estas cuestiones reside en el debate social que ya se ha comenzado y que probablemente deberá tener su reflejo en los correspondientes convenios colectivos habituales.
Se me ocurre que algunas cajas de ahorros que están reduciendo servicio en pueblos pequeños (un servidor vive en Urkabustaiz, una mañana a la semana de servicio de Kutxabank), o incluso cerrando oficinas en los pueblos más pequeños, se vean ahora en el brete de pedir que teletrabajen desde casa a empleados que viven en esos mismos pueblos….una situación un poco ridícula, ¿no?
Una cosa buena que tienen las crisis es que te hacen replantearte muchas cosas…..a ver si hay replanteamientos serios, relacionados con el teletrabajo, en el sector bancario y en otros…
don Vicente, el teletrabajo ya se viene produciendo desde hace bastantes años en el sector bancario. La denominada banca electrónica lleva años funcionando. Ya no existe la letra bancaria ni el recibo puesto al cobro. Existe algo llamado «cuadernillos» (hay diferentes) según la jerga del Banco de España en el que las empresas envían una remesa por vía telemática. Lo mismo que transferencias, abono de nóminas y otras muchas cosas. Todo ello lo hacen(lo hacemos) las empresas y los particulares desde nuestra casa con nuestros propios medios técnicos. Es decir, hemos puesto la oficina gratis a la banca. De precios hablaremos otro día. La operación más cara para la banca es la que se hace en el mostrador de sus instalaciones. Por eso se cierran oficinas y servicios.
Así es en efecto.Pero al parecer este «modo de trabajo» puede extenderse más de lo que se estimaba. Gracias por el comentario.