La concesión del Premio Príncipe de Viana de la Cultura 2020 al fotógrafo Carlos Cánovas me ha parecido una decisión acertadísima y no solo por reconocer la capacidad de la fotografía como arte contemporáneo más allá de haberla concebido durante mucho tiempo como simple mímesis – que nunca lo fue – ,sino también por haber particularizado una variante tan difícil como deslumbrante : la fotografía del paisaje urbano.
Y si bien no puedo negar que siempre me ha resultado muy atrayente la representación plástica de los lugares y particularmente de los espacios urbanos, y es cierto también que he seguido con mucha atención la obra de artistas de tan diversa condición como Pedro Salaberri, Jesús Mari Lazkano o, más recientemente, Ana Schmidt, cuando se han dedicado a ello, la impronta que me ha dejado la fotografía de Cánovas ha sido tan imborrable como análogamente activadora de muchas de mis escrituras, unas ensayísticas y hasta otras de cierto atrevimiento poético.
Hace poco más de un año la sala Rekalde de Bilbao le dedicó una amplia exposición antológica y pude dar cuenta de ella sucintamente . Ahora espero que con la concesión de este premio, la obra de Cánovas pueda estar presente en más lugares y en más publicaciones para que junto con su preciosa admiración pueda surgir también una reflexión poliédrica y multidisciplinar sobre los espacios públicos cotidianos, esos lugares que tan relevantes han resultado, en su paradójica ausencia, en estos tiempos de pandemia…
Muy merecido reconocimiento. Me alegro mucho.
Sin duda.La obra de Carlos Cánovas resulta interesantisima desde muchos puntos de vista.Gracias por el comentario.