“ Cuando no hay modelos avalados ni avalables no queda otra salida que la utopía o el cinismo, a veces disfrazado de un pragmatismo disfrazado de eficacia histórica disfrazada de la virtud de la prudencia”
He recordado esta frase de Manuel Vázquez Montalbán , perteneciente a su libro Asesinato en el Comité Central, una obra publicada en 1981 , el año del 23-F, del asalto armado al Congreso protagonizado por el teniente coronel de la Guardia Civil Antonio Tejero – y que se desplegó en imágenes muy similares , aun en su diferencia, a los recientes sucesos del Capitolio estadounidense.
Y la he recordado porque , a la vista de episodios tan dispares como la ya cotidiana pandemia del COVID-19 (¡ 19!) o una nevada tan imprevista como imprevisible, lo que se ha ofrecido es un a modo de teoría de los disfraces sucesivos, de cajas chinas de palabras bajo las que parecemos sucumbir bien por ininteligibilidad última, por saturación semántica, o por fin, en un desesperado encierro discursivo autorreferente.
Y , aunque parezca políticamente incorrecto, socialmente insolidario y culturalmente acrítico, se me ha ocurrido que frente a tanto disfraz superpuesto , de diseño pero sin embargo de prêt-à-porter, tan solo queda hacer sordina y dirigir la mirada hacia un árbol, hacia una flor, si acaso hacia una nube pasajera, para recuperar algo de un habla no contaminada frente al lenguaje del discurso omnipotente que sólo deja decir lo que quiere decir…
«que sólo deja de decir lo que quiere decir». Genial don Vicente, genial.
La belleza, por vital que sea, es triste cuando es el fruto de la imposibilidad de dialogar sobre las cosas que pasan. Yo también me refugio en parte en eso pero, Vicente, finalmente apago ciertos medios de comunicación y procuro reflexionar e informarme con lo que publicas tú, entre otros pocos. Así que mucho ánimo, espero de veras tus columnas.
Gracias, Vicente.
Gracias por la vuelta….. se echaba de menos tu soplo de aire fresco.
Además de compartir los dos anteriores comentarios, permíteme una sugerencia: ¿habría alguna forma de hacer llegar a Lakua… y a otros la cita con la que inicias la columna? Digo sólo la cita porque me temo que si se les manda el libro entero no van a tener tiempo para leer, porque están muy ocupados en disfrazarse de prudente pragmatismo para justificar el «discurso omnipotente que sólo deja decir lo que quiere decir…» ese que tanto abunda entre los blogueros de este mismo medio.
Gracias, de nuevo
Genial recuperar tu atención. Gracias.
Procuraré «cumplir» aunque ahora casi todo me mueve al silencio…o hacia la escritura mínima del haiku. Any way ¡ muchas gracias por los ánimos!
La cita, querido colega, ahí está…El que quiera entender que entienda…Gracias por tu atención y por el comentario.
Vicente, si hubiera alguien inteligente en tu medio -que no lo sé- te animarían a escribir. Lo del discurso dominante es para futboleros, con perdón, lo sano en cuestiones políticas no es gritar o votar todos a coro como imbéciles.
Mi último comentario se puede decir mejor, y sin ofender a los hinchas de fútbol. Fomentar el pensamiento único -el que sea- quizás sea muy cómodo para el poder -el que sea- pero resulta tremendamente engañoso y empobrecedor. En tiempos en que abundan tanto los mercenarios y los todólogos, tus textos suelen ser un soplo de aire fresco, Vicente, tal como se ha dicho. Y sin aire freseo resulta muy díficil respirar…