La columna de ayer ,relativa al brote que se ha producido entre los jóvenes que estaban festejando el final de bachillerato en Mallorca y que recogía el testimonio de la Coordinadora COVID de un instituto ha generado, como era de esperar, reacciones diversas.
Y quizá la afirmación que más ha desatado la polémica ha sido la que lamentaba el carácter egocéntrico de nuestra juventud.Es posible que esta sea una de las claves de comportamientos tan peligrosos e insolidarios como los que se han podido observar ,y en este punto, por supuesto, se pueden mentar los diferentes medios educativos como la familia o los centros de enseñanza.
Pero no se puede obviar que juventud actual es la primera que está siendo también educada en su sentido etimológico – educare =conducir – por un nuevo factor como es el generado por la expansión del mundo electrónico.
Y en efecto, la socialización alternativa y simultánea a través de las redes sociales agudiza la percepción psico-social de ubicarse como referencia de todas ellas, recuperando un individualismo narcisista inconsciente de su visibilidad algorítmica, como ya ha sido analizado en numerosos estudios ( de Pierre Musso, o Dominique Cardón , entre otros)
Siendo esto así y teniendo en cuenta que ,como decía el testimonio de esta profesora, acaso en la familia y en los centros de enseñanza hay que ir compensando la deriva egocéntrica aludida, el asunto no deja de suponer una perspectiva a medio y probablemente largo plazo, pues implica una reflexión profunda sobre los cambios que se han producido en los modos de socialización con la digitalización generalizada iniciada en los albores de 2007 y que se han acelerado durante la pandemia del COVID-19.
Pero entre tanto, a corto plazo, lo único que se puede hacer en estos momentos es vacunar masivamente y cuanto antes a estos colectivos que se encuentran en la transición entre la adolescencia y la juventud y que se están iniciando ahora y, con muchas ganas, en la vida social masificada con un año de retraso.
En este sentido, un cambio radical en la política sanitaria de vacunación parece ya algo absolutamente necesario.
Resulta curioso que la inmensa mayoría de la población se ponga de acuerdo en crucificar a los adolescentes por culpa de dos noticias solapadas sobre estudiantes en Mallorca. No puedo culpar a nadie, pues está claro que la información vertida sobre el asunto así lo ha decidido. Pero al margen de que la polémica la ha levantado el grupo que llegó el día 25, y a quienes confinaron el día 26, y no a los que estuvieron en el macroconcierto de reagetton el día 15 y los que lo intentaron el día 20, y a pesar de que también se ha leído en prensa, pero sin obtener respuesta en la ciudadanía, el asunto parecía orquestado previamente.
El hotel Bellver había cobrado del Gobierno 1,6 millones de euros para ser este verano hotel covid. De los trabajadores y resto de turistas que estuvieron con todos los reemplazados de estudiantes, no ha habido ningún infectado (quizás, no lo sé, no les parecían sospechosos y no necesitaban otra cosa que seguir trabajando unos y disfrutando los otros) Tampoco se ha hecho eco de que el día 24 se tomó la decisión de confinar a los jóvenes de viaje de estudios y que por eso les fueron llamando en orden al día siguiente de su llegada.
Imagino que a Mallorca van los estudiantes a desahogarse y desquitarse de un año pesado como el que han vivido (cambios continuos de planes académicos, distanciados de amigos, frío en las aulas… . No quiero que parezca que les escuso en su proceder y manera de divertirse, pero tampoco me parece que les estemos dando una lección de vida y comportamiento con los comentarios. Eso sí, las autoridades sanitarias del país, velando por su salud y la de todos nosotros ha decidido adelantar y convencer su vacunación.
Perdón por la extensión.
Muchas gracias por el comentario.
Tengo la sensación de que tenemos una juventud magnífica salvo las consabidas excepciones. Lo que pasa es que los medios de comunicación, las redes y demás, se fijan en «lo que se mueve» y ponen ahí su foco. Llama mucho más la atención el bullicio de una fiesta que el enorme silencio de una pléyade de chavales estudiando y partiéndose los cuernos en una habitación de su casa. Lo que me llama la atención es lo poco contestaria que es en lo concerniente a los sistemas de estudios, selección del profesorado, endogamia de la universidad y cosas por el estilo. Pero claro ¡eso no vende tanto!
Me parece muy interesante la matización. Gracias por el comentario.