Según cuenta Antonio Iturbe en el suplemento Cultura/s de La Vanguardia, el Ayuntamiento del municipio ampurdanés de Calonge ha decidido llevar adelante la iniciativa «Calonge, poble de llibres», subvencionando la instalación de siete librerías que además puedan convertirse en sendos centros culturales, organizando lecturas en vivo y presentaciones.
Se pretende así matizar la oferta turística de la zona que , al parecer, se ha vuelto demasiado típica y tópica, pero también desarrollar una oferta singular de hibridación cultural, de manera que quienes visiten ocasionalmente el pueblo y alguna de sus nuevas librerías puedan luego fidelizarse por medio de las redes electrónicas.
A la iniciativa se han presentado setenta proyectos muy variados ,encabezados por librerías tradicionales como la Llibreria 22 de Girona , Libelista, que opera fundamentalmente por internet,o incluso una propuesta de «librería cálida y feminista».
Ciertamente este proyecto del Ayuntamiento de Calonge puede llegar a ser modélico sobre todo en la medida en que se pretenda reformular ,poco a poco y en diversas variantes,el esquema turístico de sol y playa heredado del franquismo que , como se ha podido comprobar, más allá de desastres urbanísticos y degradación gastronómica, es demasiado dependiente del tiempo…y de las pandemias.