
Un informe del IPCC de la ONU sobre el cambio climático que ha pronosticado que de continuar la dinámica actual, la temperatura de la Tierra subirá hasta 4,4 grados para el año 2100 , ha sido difundido por los medios de comunicación con palabras terminantes y aterradoras, sumándose así al tono de los breves milenarismos varios que han sido proclamados durante la pandemia del COVID-19.
No poniendo en duda la calidad científica del estudio, aunque manteniendo la sospecha de que acaso forme parte de una retórica global que vaya poco a poco legitimando las alternativas estratégicas de la electricidad y el hidrógeno, o la recuperación táctica de la energía nuclear, lo más señalado en las informaciones mediáticas está siendo la mención permanente como culpable al «ser humano» o a «La Humanidad».
Y claro, siempre que la culpabilidad recae en una abstracción como las apuntadas, se abren dos frentes de interpretación siendo uno la tapadera del otro.
Así en el primer frente se subjetiviza la culpa y por más que la mayor parte de la ciudadanía lleve tiempo reciclando en orden y atendiendo a las sugerencias de alimentación o movilidad sostenible, queda interiorizado que no se hace lo suficiente, un tanto como ante la crisis del 2008 se asumió acríticamente que se había gastado demasiado y que tocaba un desierto de austeridad.
Este frente tapa un segundo en el que se ocultan las grandes empresas multinacionales que no están dispuestas a perder beneficios a corto plazo y que incluso ha trampeado sus propios sistemas de «calidad ecológica», gobiernos negacionistas que se afanan en la supervivencia de su país a costa de todos los demás y, por fin. un sistema capitalista que, habiendo abandonado las correciones socialdemócrtas, da vía libre a un neo-liberalismo ciego y , en ocasiones, armado.
De manera que para no incurrir en errores del pasado ni asumir culpas que no corresponden, lo inmediatamente necesario sería no suscribir afirmaciones generales y abstractas que pueden valer tanto para un barrido como para un fregado, y pedir luego más matizaciones y más compromisos concretos…Pues el fregao está detrás y alguien solo pide que nos pongamos los guantes…




