Dios me libre – y nunca será mejor dicho- de tomar parte en las polémicas sobre la Iglesia Católica, sobre su doctrina o sobre sus jerarcas.
Escéptico con tendencias místicas como me reconozco , acepté en su momento formar parte del Atrio de los Gentiles de la mano de un vicario, Ángel Mari Unzueta, que bien mereció el purpurado , pero no nos dio tiempo de llegar a nada porque yo me quedé sin patio y él , supongo, estará en el cielo.
Pero claro, a uno le estremece oír frases como que «la ideología de género es una metástasis del marxismo» o que «el feminismo lleva al diablo dentro», que no se alcanzan a saber si son de un patán inculto o de un teólogo estragado.
Y la sorpresa se vuelve hilaridad cuando se comprueba que las tales, junto con otras del mismo tono sobre la homosexualidad o el aborto,han sido repetidas como mantras por quien ha estado al frente de la Diócesis de San Sebastián, José Ignacio Munilla.
Como era de prever desde el principio, a este obispo se le ha opuesto el fielatado y el curatado, pero ahí ha seguido durante los últimos once años.
Ahora se marcha a Orihuela, una plaza, dicen, de menor categoría – que conste que no tengo ni idea al respecto- y deja tras de sí un largo desencuentro, una tibia actitud ante los casos de pederastia local descubiertos y , como ya viene siendo tradicional – véase el caso de Mario Iceta ,hoy Arzobispo de Burgos, antes obispo de Bilbao- una gestión inmobiliaria de los «bienes eclesiales» notablemente especulativa.
Las cosas de palacio van despacio, según el refrán, y las que se cuecen en Roma, vaya usted a saber, pero al cabo conciernen solo a los católicos que cada vez son menos. En Roma está el Papa Francisco, y quizá más pronto que tarde se cumpla el «Roma locuta, causa finita», antes que el «Roma veduta, fede perduta»…
Pero entre tanto, solo se me ocurre el deseo de que Dios coja confesados ( y confesadas, of course) a los fieles de la nueva sede, pues les llega un tal Munilla…
“uno le estremece oír frases como que «la ideología de género es una metástasis del marxismo» o que «el feminismo lleva al diablo dentro»”
Bueno, pueden parecer excesos, pero yo creo que en última instancia no son más que la manifestación defensiva de un cargo de una iglesia que ve que su “negocio” se ve amenazado por otra “verdad revelada emergente”. A mí, que fui educado en el catolicismo integrista, que después fui durante años, en pleno franquismo, militante de un partido marxista leninista, no me quedan tragaderas para asumir nuevos dogmas. Me quedo con Krahe: “prefiero caminar con una duda que un mal axioma”.
Justa y necesaria verdad de quienes compartimos itinerarios similares…Gracias por el comentario.
Pues menos mal que usted no se mete en polémicas con la Iglesia, su doctrina y con sus jerarcas. Menos mal.
Así es, en efecto. No dude usted de que si lo hiciera, iría al fondo de los temas.
Que el feminismo, o feminismos o femichismos son tabús nos debieran de p`reocupar, quien discrepa machista.
Los padres de las feministas era machistas en su organización del hogar, aunque creo que sabido que en muchos hogares manda la mujer por no discutir. Les dieron estudios para que fueran universitarias e independietes económicamente, cual es el concepto de los feminismos de sus padres patriarcales?¿
Silogismo : la Iglesia es una teocracia y no una democracia – aquí se hace lo que yo digo- luego yo soy Dios. (Barbara celarent darii ferio).
Amen!