( para A.G.)
En El payés y su mundo, comenta Josep Pla que la única recomendación que haría a los jóvenes ansiosos de aventuras sería recorrer a pie su país. Recorrerlo poco a poco, y, a poder ser, ni siquiera por carreteras secundarias sino por caminos perdidos y atajos. Si al mero deambular, añade Pla, se le suma una lenta contemplación de todo lo que se va viendo y alguna que otra charla con el paisanaje, mejor que mejor.
En lares de proximidad, el exandalán, excantante, expoeta ,exdiputado, y ya desaparecido José Antonio Labordeta , siendo ya entrado en años, siguió, probablemente de manera muy consciente, la recomendación de Pla, y se dio una larga vuelta por las Españas de hogaño, reflejada luego en una serie de televisión (Un país en la mochila).
Más discreto fue, en lares ajenos, el escritor ( y Premio Nobel, malgré-lui) Peter Handke que, según dice(n) se recorrió a pie de norte a sur y de este a oeste su Austria originaria, con especial atención a la eslava Carintia, aunque, muy propio de él, no dejó testimonio directo de su hazaña, aunque sí otros indirectos como La tarde de un escritor.
La propuesta de Pla es, en todo caso, muy sugerente. Y no sólo para los jóvenes sino también para más talluditos que no tengan una fascitis plantar “in pectore”, perdón, “in pede”. Y no sólo como recomendación para conocer un país, sino incluso, una ciudad, hasta la ciudad propia, que , en muchos casos, todavía oculta barrios absolutamente desconocidos.
Pero , claro, el mero caminar , en el sentido del flâner parisiense o en el de «ir de propio» navarro, no está fácil , pues las sendas suelen estar repletas de gentes de espíritu sportif, dotadas de todo tipo de bastones, cronómetros , cuentapasos y otros tipos de adminículos electrónicos, y las calles, aun las denominadas «peatonales» por el poder municipal, son un peligro continuo para el viandante que debe sortear con habilidad cirquense bicis (también eléctricas y municipales, por cierto), patinetes, segways , así como hábiles repartidores-saltimbanquis semimotorizados de compañías de venta on line…
«El payes y su mundo» un libro fenomenal que retrata bien el alma de aquellos baserritarras. Hace tiempo que lo leí, no sé si lo encontraré por casa. En cambio no me gustó tanto, ni mucho menos, «Viaje en autobús». En todo caso es cierto lo que usted comenta don Vicente, aquí en la Bella Easo ocurre tal cual. Parece que eso de lanzarse a la calle como un vulgar gasta suelas que diría don Pío Baroja, no se lleva. Pareciera que eso es cosa de pobres, hay que mostrar poderío. En fin, cada cual que haga lo que quiera. El problema es que cada vez más es un peligro ir tranquilamente por las aceras. Todo sea por «los adelantos»
Y sin embargo, ir de gastasuelas continúa siendo un gran placer…Gracias por el comentario.