«Lucien de Rubempré es rechazado por la baronesa de la que está enamorado. Entonces, busca venganza escribiendo artículos comprometidos»
Esta es la sinopsis que se ofrece del film Las ilusiones perdidas, de Xavier Gannoli. ¡Uf! Más vale que uno leyó en su momento la célebre obra de Honoré de Balzac, publicada en 1837, en la que se basa la película, y que suele seguir las recomendaciones cinematográficas de Juan Zapater en su blog Ghost in the blog.
Y claro, ni el film de Gannoli ni el libro de Balzac van de eso o, mejor, esa estupida síntesis es la manera de ningunear el fondo de la cuestión que no es otro que el de plantear ese tópico romántico del joven con aspiraciones literarias que abandona la Negra Provincia – que luego describirá con creces Flaubert en La educación sentimental (1869)- , para buscar el triunfo en La Capital, en cualquier capital, en este caso Paris.
Y en este punto la versión cinematográfica no desmerece del original literario ,aun más bien destaca los aspectos fundamentales del drama con excelentes actuaciones y una ambientación histórica que , conjurando un gran peligro, no anula a los protagonistas .
Entre tanto, secuencia tras secuencia, se describe vigorosamente la condición corrupta , arbitraria y vengativa del mundo literario y periodístico de la Monarquía de Julio francesa ( 1815-1830), modelo acaso de cuantos mundos literarios han sido y probablemente serán, y que fue en su momento hábilmente analizado por Pierre Bourdieu en su Las reglas del arte .Génesis y estructura del campo literario.
Al cabo, traicionado y arruinado, Rubempré, con su aristocrático «de» delante – tal que el «de» del mismo Balzac, en lo que se supone viene a ser su propio Bildungsroman -regresa a Angulema sin formar parte del amasijo ya informe de suicidas provincianos y fracasados que recogen cada madrugada las redes colocadas en el Sena.
Y a pesar de que pueda ser mejor volver que no haber ido, haciendo caso omiso a las recomendaciones de Pío Baroja al respecto, Las ilusiones perdidas , escrita por Balzac durante largas noches y a espuertas de café, queda y quedará para siempre como una gran obra , precedente de otras muchas , y de obligada lectura y reflexión para todo tipo de lletraferits.
En este sentido, la película de Gannoli no puede ser mejor introducción…
La anoto en mi lista, gracias. Y una oración para que encuentren mucha gente muy buena artistas currelas equilibrad@s que parecen ausentes en el film reseñado.
Gracias por el comentario, Aurelio.Sí , creo que esta película – y la novela, por supuesto- debería verla cualquier persona con inquietudes creativas, sobre todo literarias.