Todos y todas se han marchado tras la serpiente multicolor y la larga y densa caravana amarilla. ¿Habrá sido el sueño de una noche de verano?
Es domingo, dos de julio, y acabo de desayunar. Son las nueve de la mañana. Desde la ventana de la cocina contemplo la calle siguiendo un ritual breve y muy querido.
Los tejados brillan bajo una neblina suave que anuncia un sirimiri inevitable . Se adivina un sol oculto.
Silencio.Un extraño silencio que es roto tan solo por el ruido inconfundible aunque lejano de un camión de la basura.
Por una esquina aparece un tipo en pantalón corto negro y camiseta blanca. Va trotando con desgana y desaparece en la esquina siguiente.
Un repartidor con una gran mochila amarilla a su espalda avanza con su bicicleta en dirección contraria y se detiene junto al portal de enfrente.
Por la acera izquierda pasa a toda velocidad un ciclista con un casco contrapicudo (¿ aerodinámico?).
De pronto aparece por la derecha un gran grupo de jóvenes con mochilas y pequeñas maletas de ruedas. Por lo que escuché ayer en el bar de abajo, son currelas del Tour que se han alojado en el hostel de la manzana siguiente. Supongo que hoy irán a San Sebastián, de donde salió la ronda gala en 1992 – ¡ aquellos tiempos de Miguel Induráin y Claudio Chiappucci!
Mientras recojo las tazas y platos, en la radio oigo que en la etapa de ayer – Bilbao – Bilbao- llegó el primero el inglés Adam Yates
Y recuerdo aquello de «Un inglés vino a Bilbao,
por ver la ría y el mar,
y al ver a las bilbainicas,
ya no se quiso marchar» que cantaban Los Chimberos.
Pero se ha marchado. En realidad, todos y todas se han marchado tras la serpiente multicolor y la larga y densa caravana amarilla. ¿Habrá sido el sueño de una noche de verano?
(c) by Vicente Huici Urmeneta
Egunon, Vicente.
Aunque me encanta este «nuevo estilo» de «Describir, no opinar, que decía nuestro Pla…» me gustaría que no abandones del todo el anterior, que los compagines, aunque eso te toca a ti decidirlo.
Volviendo al tema de ese «sueño de una noche de verano», no creo que haya sido así, entre otras cosas porque nadie nos va a intentar convencer de que todo ha sido un sueño:
Los amantes del ciclismo han disfrutado mucho y, seguramente, muchos de ellos ya están preparando, si no lo tienen ya preparado, el viaje para alguna o algunas etapas pirenaicas.
Los políticos que han comprado el evento (12 millones de euros), y su clac nos recordaran en la próxima campaña electoral, y en las siguientes, y en las siguientes, que ellos, como si fuera un sketch de «Vaya Semanita», trajeron el Tour a Euskadi.
ETB, que, a pesar de las críticas a veces justificadas y otras no tanto, ha hecho una retransmisión encomiable.
Los trabajadores de la hostelería y algunos ertzainas recordarán que tenían que haber sido más contundentes en sus reivindicaciones (legítimas en algunos casos y no tan legítimas en otros) durante el Tour.
Y por fin, tampoco les parecerá un sueño a quienes emulando al Emérito se habrán comprado una máquina de contar billetes para contar lo que les ha tocado de esos pre-estimados 100 millones de euros.
Los que no somos amantes de las bicicletas deportivas, seguiremos diciendo que algo debió de pasar en Euskadi los días 1, 2 y 3 de julio. Yo sólo espero que la penitencia por no haber ido sea, como mucho, de un Padrenuestro y dos Avemarías, aunque como están los justicieros huelguistas, sabe dios cuándo saldrá la sentencia.
Un saludo
Muchas gracias por el comentario, tan matizado.En cuanto a mi «estilo», lo cierto es que estoy haciendo pruebas , y todavía me reconozco más en el tono anterior…On verrá!