Si en otras ciudades no tan lejanas, como es el caso de Barcelona , se está intentando devolver las calles al vecindario tras una larga, triste y penosa usurpación multinacional, ¿ de verdad que Brooklyn puede ser un modelo para algo y para alguien?
En este diario de digna dirección que con tanta generosidad acoge estas mis columnillas he leído que el barrio de Olabeaga pretende ser el Brooklyn bilbaíno tal que la Isla de Zorrotzaurre se pretendió el Manhattan correspondiente aunque luego derivó en Isla del Conocimiento ( mayormente privado).
La primera impresión es que lo anterior suena a bilbainada típica-tópica – un poco del subgénero «vaya caseta que le han puesto al perro ese de las flores de colores».Y si yo fuera , una vez más, El Gatopardo, diría aquello de «Y me parece bien» con una amplia sonrisa y los ojos iluminados asumiendo su gatopardismo, osease ,aquello de que todo cambie para que todo siga igual.
Pero como, por desgracia, no he devenido Fabrizio Corbera aunque sí he procurado emular a Giuseppe Tomasi di Lampedusa en sucesivas tentativas vernáculas , todas ellas fracasadas, he de decir que no me parece muy bien, o ,para matizar más , que el suelto me preocupa más que me consuela.
Porque todo no va seguir igual, ni mucho menos. Podría al respecto y por ejemplo, en breve investigación de mi barrio, señalar la sucesiva colonización de sus calles por firmas de allende los Pirineos y el mar Cantábrico- hostels, pubs, pastelerías, gastrobares, tap-rooms, atendidas por gentes mayormente de allende el Atlántico, y en sustitución de los bares y cafeterías de uso parroquiano. Ni qué decir tiene que estas calles son ahora pasto de turistas en tránsito desde El Museo ( Guggenheim, what else?) hacia el Casco Viejo, ya inundado de tapas de catering y sangría de botella.
Se supone que se sabe a quién beneficia esta giro hacia la captación turística y se cita, por ejemplo, una disminución del paro autóctono y un incremento de las entradas impositivas municipales y forales, pero se oculta la transformación profunda que está experimentando la estructura socio-económica de la ciudad. Y al respecto, sería sin duda de singular interés hacer una reedición crítica y ampliada de aquella obra intitulada La penetración americana en España ( Cuadernos para el diálogo, 1974) de Manuel Vázquez Montalbán.
Auzokideek, egunez egun, arbuio handiagoa diote ia inbasiotzat jotzen dutenari, bakean lo egitea ere galarazten baitie.
A este iluminismo reflexivo podría añadirse la experiencia de extrañamiento cada vez más frecuente entre los vecinos y vecinas de los barrios afectados, hasta el punto de que sin suscribir necesariamente consignas anti-turísticas, manifiestan de día en día un mayor rechazo a lo que casi consideran una invasión que les impide incluso hasta dormir en paz.
Y si en otras ciudades no tan lejanas, como es el caso de Barcelona , se está intentando devolver las calles al vecindario tras una larga, triste y penosa usurpación multinacional, ¿ de verdad que Brooklyn puede ser un modelo para algo y para alguien?
(c) by Vicente Huici Urmeneta
Si Brooklyn es el modelo de negocio… ¿Cuál será el modelo de ciudad?
Decía hace poco el «maldito», y «maldicho» o «maldecido» Rufian que en España hay muchos «patriotas de pulsera». Lamentablemente para nosotros, aquí hay muchos «euskaldunes/abertzales de pulsera» cuyo idioma es el inglés que utilizan para escuelas de cocina, centros de exposiciones, conciertos de música y ejemplos a seguir.
A veces sugerimos películas y/o música. Permíteme hoy sugerir una obra de teatro: «Bilbao, Bilbao» de los magníficos Karraka. A lo mejor algunos de los mandamases locales, provinciales y autonómicos debieran verla. «Yo no sé euskera, pero amama…todo, todo» decía uno de los personajes.
un saludo
Soy tan extremadamente raro e insoportable que el Bilbao de hoy me parece una extraña mezcla de lo hortera y de lo clasista, de lo árido y de lo «moñoño», de exclusivo y de soez, de Botxito Querido y de cajón de sastre de ideas supermodernas y tal propias de quien tiene que hace cossa pero no tiene claro cuales. No hay más que ver el casi finalizado bosquete-estanque-lago del Parque de Echevarría y la extraña habilidad para gastar dos milloncejos para construir un merendero cutre-cool con ínfulas de fenómeno turístico. No me hagan caso. Bilbao es la capital del Mundo. Lo dijo el señor Aburto, que siempre gana.
Estimado corresponsal: Creo que hay mucho de lo que usted apunta.Será que se intenta ser post-moderno sin haber pasado por la modernidad.Pero lo más extraño, además de incomprensible, es que quienes nos dirigen por esta senda no recuerden aquello de «cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar». Muchas gracias por el comentario.
Estimado colega: Ciertamente resulta sorprendente tantas alharacas para tan poca enjundia. La prueba más sangrante es el fracaso de La Isla del Conocimiento que tan solo ha logrado apalancar algunas entidades de muy segunda fila. Yo espero una reposada y serena reflexión de nuestros mandamases , entre los que acaso sobran algunos michelines , para evitar tanta improvisación y tanto brindis al sol pues en ello nos va el modelo de la ciudad del futuro.Muchas gracias por el comentario.
Bueno, es que hasta ahora Bilbao no era nada en el plano intelectual. Las iniciativas populares dan folklore pero no cultura. Para eso hace falta unas mágicas pinceladas de la Autoridad. Por ejemplo un llamativo edificio al que dicen museo donde rara vez entran las Musas. Y luego algunas otras alternativas siempre dirigidas y con dinero público que tienen tanto que ver con la Cultura como los » best sellers » con la Literatura. Ya estamos en el mapa, por fin.
En efecto, ya estamos en el mapa. No se sabe cuánto duraremos. Pero mientras tanto será guay fotografiarse sonriendo bajo la araña de Louise Bourgeois, que originariamente debería provocar pavor y miedo…Gracias por el comentario.