Finalizado el acto, he vuelto a casa dando un largo paseo bajo la lluvia y recordando unas palabras de El club de los faltos de cariño que parecen recomendar cierto ayuno mental y probablemente una solapada atención flotante : «El exceso de información confunde las mentes y estraga la curiosidad».
Aficionado a la escritura autobiográfica, de la que soy otro sí moderado prácticante y teorizador en ciernes, siempre suelo tener a mano El club de los faltos de cariño de Manu Leguineche, sin dejar de tener en cuenta su vasta y variada obra, de la que por motivos similares, aprecio y mucho El camino más corto y La Tribu.
Como todos los años por estas fechas, la Asociación y el Colegio Vasco de Periodistas han organizado un acto en recuerdo de este cronista universal nacido en Arrazua.En esta ocasión y presentados por el polifacético Julio Flor, han participado la periodista y corresponsal de la Agencia de Noticias Associated Press en México María Verza y el catedrático emérito de Comunicación Audiovisual de la Universidad del País Vasco, Ramón Zallo.
Tras una breve evocación del homenajeado, Ramón Zallo ha llevado a cabo una interesantísima exposición acerca de la evolución de los media desde el tardofranquismo hasta la actualidad, destacando la escasa ayuda que han aportado a la dilucidación del conflicto vasco, generando una din´ámica de trincheras, en ocasiones de puro hate periodism, frente a la pluralidad de la sociedad civil que ha contrapuesto una y otra vez , y hasta electoralmente, lo difundido en los media y la opinión pública mayoritaria.
La intervención de Zallo ha desatado, como era de esperar, una breve polémica en la que también ha intervenido y con derecho propio María Verza que ha aportado su experiencia acerca de la violencia en México, reclamando un periodismo a pie de calle, directo y equilibrado, como lo hacía el propio Leguineche.
Preguntados luego si aquel tipo de crónica era posible en las actuales circunstancias, ambos han respondido con cierto escepticismo, poniendo el acento tanto en la recuperación de la autonomía profesional como en la adecuación a los nuevos tiempos en los que la información ha adquirido formas insólitas,sobre todo con el desarrollo del mundo electrónico que en gran medida condiciona nuestras vidas.
Finalizado el acto, y tras saludar a algunos viejos amigos – al mismo Zallo lo conocí allá por 1976 cuando coincidimos en la revista de ciencias sociales El Cárabo– he vuelto a casa dando un largo paseo bajo la lluvia y recordando unas palabras de El club de los faltos de cariño que parecen recomendar cierto ayuno mental y probablemente una solapada atención flotante : «El exceso de información confunde las mentes y estraga la curiosidad»…
(c) by Vicente Huici Urmeneta