Vuelvo en el tren tras un viaje rápido a Salamanca. El jueves estaba invitado en una Escuela de Escritura para hablar sobre ficción y auto-ficción y, de paso , presentar ( more Umbralis) mi ensayo El hilo de Ariadna (Nuevas aproximaciones a la razón narrativa).
Como durante este cuatrimestre estoy desarrollando un curso sobre Memorias y Autobiografías, en las Aulas de EGIKE de la EHU/UPV, y la semana que viene tocaba charlar sobre Stendhal, se me ocurrió contraponer Recuerdos de Egotismo y Vida de Henry Brulard.
De la contraposición entre la crónica torpe que supone Recuerdos y la fina elaboración de la segunda, ambas escritas en primera persona, surgió inmediatamente un interesante debate que se remontó hasta El Lazarillo de Tormes difuminándose progresivamente la frontera entre la ficción y la auto-ficción, e incluso disolviendo el ensayo , aparentemente tan diferente, en el mundo de la ficción- esta es, por cierto y con sus matices, una de las tésis de mi obrilla.
Y así saltó por los aires el voluntarismo inocente de Philippe Lejeune y su «pacto autobiográfico» que iguala verosimilitud a verdad, y también se puso en evidencia el oportunismo comercial de Serge Doubrovsky y su propuesta de «autoficción», por mucho que ya haya sido sancionada por el Premio Nobel de Literatura.
Recuperada la escritura como tal, independientemente del género adjudicable, la tenida dio un giro radical y, como casi siempre, derivó hacia el mundo editorial, causa final que suele abducir a los (y las) lletraferits.
Me salvó de la inoportunidad mi colega y director de la Escuela de Escritura – ¡ gracias y muchas, Carlos!- que indicó al respecto que una próxima sesión se dedicaría a la película Las ilusiones perdidas de Xavier Giannoli, basada en la obra del mismo título de Honoré de Balzac, pues «en el film se muestra de manera clara y distinta el mundo literario que le tocó vivir a Balzac tan atravesado por intereses comerciales, ideológicos y políticos que quizás no hayan cambiado tanto».
Un colega barbado y algo añoso sacó a relucir al respecto Las reglas del arte Génesis y estructura del campo literario de Pierre Bourdieu, pero algún bostezo combinado con varias miradas discretas al reloj que presidía el aula, dió a entender que la sesión ya tocaba a su fin …
Bueno ,voy a dormir un poco acunándome en el traqueteo del vagón…Pero, en fin , como también decía Stendhal en el Henry Brulard , «en realidad, yo no estuve en Wagram»…
(c) by Vicente Huici Urmeneta
Ya veo que a vecescescribe usted para intelectuales…pero eso de que todo es ficción me parece demasiado.
¿Para intelectuales? ¿Quiere usted decir que no se me entiende? Puede ser.Lo pensaré. Quizá no sea este el foro adecuado.
En cuanto a lo de la ficción. Sería largo de responder – y además para eso está, con perdón, mi libro- pero se trata más bien de una llamada de atención acerca de la supuesta objetividad de algunos argumentos. En cualquier caso, muchas gracias por su atención.