» El simulacro de orden universal olímpico no puede coexistir con la ONU como simulacro de Orden Internacional»
La frase – frasecita- pertenece a Sabotaje olímpico (1993) uno de los libros que escribió Manuel Vázquez Montalbán protagonizado por el detective Pepe Carvalho -que tanto iluminó a Andrea Camilleri a la hora de pergeñar su saga dedicada al inspector siciliano Salvo Montalbano.
Atento, como siempre, a enhebrar la actualidad del momento- Las olimpiadas de Barcelona- con una trama sorpresiva sazonada de ironía y unas cuantas cargas de profundidad, estas palabras parecen tener una vigencia insólita pues apuntan a dos simulacros que están acaparando la atención mundial en este verano singular.
Así, el simulacro olímpico- Paris 2024– como supuesto hermamiento universal de pueblos, naciones, estados y etnias diversas que representados por atletas heróicos resplandecerán por unas horas como dioses y diosas y desaparecerán dentro de muy poco como aquellos «seres de un día» que cantaba Píndaro.
Y otro sí, el simulacro de concordia política internacional – ONU 2024– presenciando el último genocidio, incapaz de hacer cumplir sus propias resoluciones , dejando aplicar la ley del más fuerte y haciendo llamamientos a una paz inverosímil.
Aunque, para finalizar con este breve catálogo de simulacros también sería necesario hablar del correspondiente a una Europa 2024, atrapada entre una China emergente y una América (USA) que ya nunca será great again, y boicoteada desde dentro por diferentes quintas columnas del más variado pelaje.
¿Simulacros? Sí, demasiados simulacros y todos con pretensiones olímpicas…
(c) by Vicente Huici Urmeneta