El nuevo vicepresidente de la Generalitat Valenciana, teniente general en la reserva José Gan Pampols, va a cobrar por su labor un mínimo de 92.000 euros.
Hace unos días publique en esta sección una entradilla bajo el título de TENIENTE GENERAL ( y llegó un ).
Las reacciones, salvo excepciones contadas, fueron unánimes y curiosamente desaprobatorias entre mis amistades ubicadas, por así decirlo ,en los extremos ideológicos.
Ante esta sorprendente unanimidad, y a pesar de recordar aquello de que los extremos se tocan, retiré mis palabras e incluso en algunos casos respondí por vía privada a algunos de mis interlocutores.
Pero ante la noticia de que el nuevo vicepresidente de la Generalitat Valenciana, teniente general en la reserva José Gan Pampols, va a cobrar por su labor un mínimo de 92.000 euros habiéndose abolido por vía de urgencia la normativa que limitaba los salarios de los miembros del Consell a un quince por ciento más del sueldo del presidente de la misma ( que recibe 80.000 euros ), parece haberse añadido una nueva interrogante acerca de la oportunidad de este fichaje tan estratégico – hasta desde el punto de vista etimológico.
Y por ello, y sin menospreciar en modo alguno la labor de este laureado militar, me ha parecido adecuado volver , con perdón, a insistir en el empeño, esperando que, como decía Baltasar Gracián, el intento no me lleve al despeño…
«Continúo sintiéndome incómodo hablando, y aún más escribiendo, sobre política sabiendo además que en este ámbito, como en casi todos, más allá de los tutólogos y tutólogas correspondientes hay expertos y expertas ad hoc.
Pero hay veces, como en este caso, en el que lo político se convierte, a salvo de todas las connotaciones, en político-militar y ya no me queda otro remedio que darle a la tecla.
La aludida transubstanciación ha advenido de la mano del ya famoso Carlos Mazón, miembro del Partido Popular y Presidente de la Generalitat Valenciana, que ha consagrado el puesto de vicepresidente para la reconstrucción tras el desastre ocasionado por la DANA al teniente general en la reserva del Ejército de Tierra Francisco José Gan Pampols, que por cierto será auxiliado por el también retirado general de brigada Venancio Aguado de Diego, que ocupará la Secretaría Autonómica del gabinete del vicepresidente.
Estos insólitos nombramientos, independientemente de la valía profesional de los militares implicados, han convertido , como se ha indicado , lo político en político- militar, toda vez que, además , y como ha recordado el siempre atento Iván Redondo, Gan Pampols ha manifestado que en su gestión «no aceptará directrices políticas».
Sorprendentemente (o no), la mayoría de mis viejos amigos progresistas- algunos hasta revolucionarios – ahora situados tan a la derecha que , como decía Günter Grass , puede acabar uno con tortícolis si les sigue leyendo, no ha dicho ni mú, tras haber denostado en el tardofranquismo e incluso durante la Transición la preeminencia o supervisión de las fuerzas armadas sobre la dinámica política.
Y es que de lo político-militar a lo simplemente militar solo hay un paso, como es bien conocido tanto entre tirios como entre troyanos, pero un paso peligrosísimo que puede poner en riesgo todo lo político.
Por ello, cuando Mazón utilizó como argumento fundamental para el nombramiento del mentado teniente general , la constatación de que la situación tras la DANA solo era “comparable a un escenario bélico”, más allá de de la aplicación territorial de un a modo de «estado de excepción» , en el arqueocerebro de muchos y muchas, incluido quien esto escribe, se desató una reacción metonímica preocupante…«
Pues eso, que diría un Umbral.
(c) by Vicente Huici Urmeneta
BRECHA MENTAL entre MILITAR y CIVIL (este es un resumen de lo que leí acerca “de la clase militar”). Es difícil entenderse con un colectivo en el que priman principios tan escasamente reflexivos y filosóficos como la fuerza, la violencia y la búsqueda de la aniquilación del enemigo y que su formación y valores radican en la eficacia para destruir, de forma que se valora mejor al profesional que causa más muertes en combate…aunque como seres humanos poseen valores, y sean capaces de sentir compasión por los demás y sentimientos de afecto por sus familiares y amigos…su personalidad, por lo tanto, es bipolar porque combinan el odio al enemigo, tal como proclamó Napoleón, con los sentimientos naturales y afectos por los seres humanos.
Al hilo de esta reflexión, un ex militar de la CIA decidió abandonar “La Casa” al sentirse espantado porque su currículo era sólo defendible por un orate o por gente a la que se mediatiza con valores impuestos por medio de sistemas que dirigen la mente, invirtiendo su desarrollo en sentido opuesto para evitar dudas sobre la necesidad de lograr los objetivos que impone el mando. Una vez preparadas sus mentes, pasan a un proceso de adoctrinamiento con eslóganes muy elementales, magnificando la importancia de su misión hasta llegar a considerarla la base sobre la que se sustenta todo el estado y sus instituciones. Se complementa esta limpieza de mente elevando a religión valores como la fuerza, la virilidad, el esfuerzo físico agotador, planteándose metas difícilmente alcanzables. Así se les imprime una visión fútil y despectiva respecto de la población civil, que contrasta con la importancia que otorgan a destruir al enemigo que, según esa mentalidad simple, quiere aniquilar el país que el militar defiende con fanatismo y que la población rechaza.
En consecuencia, la brecha entre el universo civil y el militar es imposible de superar porque el mando les diseña un mundo endogámico para evitar que se contaminen por la influencia de desviaciones que surgen inevitablemente al contacto con el mundo de la libertad, de la cultura, del razonamiento como sistema dialéctico de solucionar conflictos y sobre todo por la necesidad de gestionar la paz basada en la justicia. Estos esquemas son incompatibles con los que les inculcan en la fase de lavado de mente y son los que diseñan la personalidad del militar.