LOS ENCIERROS DE SAN FERMÍN ( y vigorexias varias)

Como pamplonica-en-excedencia, durante las fiestas de San Fermín suelo conectar la televisión diez mintutos antes de las ocho de la mañana para ver en directo la retransmisión del encierro.

Es una costumbre que me inculcó mi padre Fernando Huici, corredor de foto (Galle), cuando ya no estaba en condiciones de acudir a la cita matutina ni siquiera para ver la carrera desde un rincón privilegiado de la cuesta de Santo Domingo que le reservaba sotto voce un amigo rochapeano ,a la sazón policía municipal motorizado.

Me gusta ver el encierro porque me evoca, supongo, imágenes de mi infancia y aquel olor a toro que llegaba desde los Corralillos del Gas hasta los almacenes de Semillas Huici, el negocio familiar.

Pero me gusta también ver la parafernalia que rodea hoy a este ritual tan elemental, una parafernalia que en las crónicas televisivas se destaca tanto o más que el acto en sí y que muestra una sucesión excepcional de, por decir algo, vigorexias físicas y casi metafísicas.

De las primeras destacan los estiramientos y calentamientos , desde los mínimos saltitos y carreritas estáticas hasta las ostentosas ejercitaciones de tono olímpico. De las segundas, toda una serie de santiguaciones , genuflexiones, meditaciones y oraciones, salpimentadas de estampitas, crucecitas, cadenitas y pulseritas de advocaciones diversas mas propias de misacantanos.

Y otro sí, todo lo anterior entremezclado, y no siempre bajo el pañuelico rojo, con camisetas de un amplio surtido de productos deportivos, gastronómicos o genéricamente identitarios.

Y sí, ya sé que los tiempos cambian y que aquel diseño festivo que se estableció durante la incivil posguerra ha ido admitiendo todo tipo de variantes y de interpretaciones – no hace falta más que recordar la apología de estas fiestas que en su momento hizo el hoy olvidado sociólogo Mario Gaviria o la violenta y criminal «revisión» de 1978-.

Pero no sé que pensaría de todo lo anterior mi padre que, sin uniforme sanferminero y casi en solitario corría por la calle de la Estafeta , periódico en mano y sin tanta parafernalia vigoréxica…

(c) by Vicente Huici Urmeneta

Publicado por

Vicente Huici Urmeneta

Sociólogo, neuropsicólogo y escritor.

2 comentarios en «LOS ENCIERROS DE SAN FERMÍN ( y vigorexias varias)»

  1. Hola, Huici,no sé de cuándo es la foto de tu padre, pero está claro que es de un año en el que no había «uniforme de sanfermines»¿ Desde cuando existe lo del blanco y rojo?

  2. Como he comentado anteriormente el actual diseño de las fiestas de San Fermín se elaboró durante los primeros años del franquismo, de la mano fundamentalmente de carlistas vascófilos que decidieron optar por el hoy generalizado uniforme rojiblanco tras una larga discusión pues en principio iba a ser verdiblanco ya que verde es la bandera de Pamplona – todavía se mantiene en la peña La Única.

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