UN AGUJERO PESTILENTE ( y mucho sinvergüenza)

El profesor Javier González de Durana se hace eco en su excelente blog ArquiLecturA del hartazgo del vecindario del barrio bilbaíno de Abando ante el abandono en que se encuentra la céntrica parcela en la que antes se ubicaba mi querida Escuela de Magisterio -BAM.

Así ,bajo el título de Torres más altas han caído, tomado de la última pintada escrita sobre la valla metálica que rodea hoy un agujero pestilente tan solo habitado por hierbajos amarillentos y oscuros roedores ,González de Durana recuerda una de las operaciones inmobiliarias más escandalosas de los últimos años, de la cual aquí se han dado puntuales actualizaciones desde que comenzó en 2018.

Una operación especulativa que pretendía reconvertir una parcela dedicada a la enseñanza superior y dotada de un amigable patio en el que se alzaban dos simpáticas palmeras, en un gigantesco edificio que iba a albergar una nueva sede episcopal ,sufragada por el grupo Mutualia a cambio de ceder casi la mitad de su extensión para la construcción de una nueva clínica.

Una operación que precisó de una recalificación del terreno tan insólita como apresurada por parte de la autoridad municipal, así como de una sucesión de permisos de obra y posteriores rectificaciones que al cabo parecen haber dado al traste al quebrar sucesivamente las diversas empresas constructuras implicadas.

Una operación dirigida desde el obispado encabezado por el hoy arzobispo de Burgos Mario Iceta que ya llegó a la sede de Bilbao con una pesada mochila de irregularidades inmobiliarias desde su anterior destino en Granada y que en su momento desató también la oposición de una parte del clero ante lo que se consideró «El Corte Inglés diocesano», acaso incompatible hasta con la misma moral cristiana.

Una operación, en fin, que tras destruir uno de los rincones más significativos del barrio de Abando, ha terminado por ser , como se ha apuntado, un agujero físico infecto y éticamente negro negrísimo.

Torres más altas han caído, sí, y mientras tanto, a algunos se les debería caer la cara de verguenza por haber participado en este delirio inmobiliario, bien directamente favoreciendo la especulación desde sus altos palacios, o manteniendo una estólida cara de póquer esperando el futuro negocio en sus humildes cabañas aledañas…

(c) by Vicente Huici Urmeneta

Publicado por

Vicente Huici Urmeneta

Sociólogo, neuropsicólogo y escritor.

2 comentarios en «UN AGUJERO PESTILENTE ( y mucho sinvergüenza)»

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *