
– «Para un judío, el papel que tuvieron sus líderes en la destrucción de su propio pueblo es, sin duda ,el capítulo más terrible de toda su oscura historia».
-«Muchos se quedarán solo con esa conclusión».
-«Pero es un hecho».
Esta es una parte del diálogo que mantienen el director de The New Yorker y Hannah Arendt, en el sugerente film sobre la filósofa judía – magníficamente interpretada por la actriz Barbara Sukowa – dirigido por la cineasta Margarethe Von Trotta en 2012.
Y la circunstancia es el amplio reportaje que Arendt está escribiendo sobre el juicio a Adolf Eichmann, el criminal nazi que fue juzgado y ejecutado en Israel en 1962, y que luego se convertiría en un libro titulado Eichmann en Jerusalén: Un estudio sobre la banalización del mal ( 1963)
En esta obra, Arendt analiza la moral plana de Eichmann que, ante las acusaciones de genocidio, se limita a decir que él solo cumplía órdenes, abriendo paso a una banalización ética que al cabo de los años ha llegado hasta hoy como tecnocracia pura y dura, subsiguiente a la postulación del fin de las ideologías y acaso de la Historia.
Pero la parte más polémica del informe es, como se ha apuntado, la valoración sobre la actuación de los dirigentes judíos que cooperaron directa o indirectamente en el proceso que culminó en el holocausto, aspecto que le ocasionó la enemistad de muchos colegas y antiguos amigos.
Y teniendo en cuenta el genocidio que se está llevando a cabo actualmente en Gaza, parecería que aquella banalización del mal y la actuación nefasta y criminal de los actuales dirigentes del Israel, bien merecería un nuevo capítulo terrible de toda esta ya tan larga y oscura historia…
(c) by Vicente Huici Urmeneta
El ‘primer» Primer Ministro, David Ben Gurion dijo:
«Si hubiese tenido la oportunidad de salvar de Hitler a todos los niños judidos y llevarlos a Gran Bretaña o solo a la mitad y llevarlos a Israel……. habría elegido la segunda opción «
Es el pater del actual Estado terrorista