Somos un producto frágil del espacio y el tiempo y por ello tan sólo es posible la coincidencia estratégica en el kairós ,esa figura temporal de los antiguos griegos que apuntaba a la oportunidad que había que aprovechar, más allá del crónos, el tiempo de la sucesión, y del aión, el tiempo absoluto de la eternidad.
El kairós , como las olas, viene y se va , nos arrebata y exalta hasta la perdida de sentido. El crónos , por el contrario nos aherroja a una variada gama de interpretaciones que pretenden que la vida tenga algún sentido. El aión, por su parte, nos eleva a una eternidad flotante,despojada de toda condición mortal.
Entre tanto, una y otra vez comprobamos que acaso debiéramos haber nacido antes o después , aquí o allá o todavía más lejos , hablar esa lengua que ya nunca entenderemos o no tener que decidir entre el amor y la gloria.
Así es la condición humana, y para pasar por este mundo que a veces nos parece tan inmundo, hablamos, aun sabiéndonos ecos de voces muy lejanas. Y a veces nos contamos los sucedidos en un tono trágico, remedando heroicidades ,y otras entre codazos, sintiéndonos comediantes.
Héroes, hemos tenido muchos, y heroínas también. Y probablemente han sido necesarios para la supervivencia de la especie. Pero en estos siglos finales del Antropoceno y a la vista de lo que nos espera, una risa o al menos una sonrisa es lo que deberíamos pretender arrancar cada jornada de nuestros amigos y amigas, y acaso también de nuestros enemigos.
Si lo consiguiéramos, quizá le daríamos una oportunidad a la oportunidad del encuentro , y podría emerger el huidizo kairós entre la vaga eternidad que nos atrae como una causa final consoladora y el tiempo histórico que nos recuerda constantemente, tercamente, que, como decía Píndaro, somos «seres de un día», y que a algún dios, celeste o terrenal, debemos sacrificarnos…
» … o al menos una sonrisa es lo que deberíamos pretender arrancar cada jornada de nuestros amigos y amigas, y acaso también de nuestros enemigos.» Eskerrik asko zure eguneroko irriagatik!
Eta zuri, jarraitzeagatik…
«.. o no tener que decidir entre el amor y la gloria». Tiendo a pensar que el día que uno decide eso correctamente y para siempre, lo demás cobra un sentido mucho más relativo, casi irrelevante. Tu texto me hace meditar sobre cuán cerca estoy de ese punto, y eso es mucho.
Un saludo Vicente, y muchas gracias.